La Biblioteca Pública de Matanzas en nuestra historia

Con una historia que se acerca a los dos siglos, la Biblioteca Pública de Matanzas ha prestado un valioso servicio científico y cultural en territorio yumurino.

Hace varios años que un equipo de investigadoras, encabezado por la bibliotecóloga Caridad Contreras Llorca, demostró que la Biblioteca Pública de Matanzas se fundó el 4 de julio de 1833.

Nació gracias a los esfuerzos de la Diputación Patriótica de Matanzas, corporación creada para estimular el progreso económico y social de la región. Sin embargo, no fue hasta el 8 de febrero de 1835 que tuvo un local propio, aunque serían muchos los avatares que sufriría en su larga existencia.

Desde el inicio sobresalió la presencia de libros de ciencias. De un total de 588 volúmenes al momento de inaugurarse su modesta sala en 1835, 220 correspondían a materias científicas.

No obstante, las precarias condiciones de existencia de la Biblioteca Pública, así como el escaso interés de las autoridades por su mejora, influyeron en su clausura hacia 1851.

Una nueva etapa comenzó el 27 de marzo de 1864, con la segunda inauguración de la Biblioteca Pública de Matanzas. Se concibió incluso como un proyecto de largo alcance, con la intención de convertirla en una biblioteca-museo.

Sin embargo, esos buenos propósitos quedaron truncos. El inicio de la Guerra de los Diez Años en 1868 provocó serios trastornos en la vida cultural de la ciudad. Al igual que les había sucedido a otras instituciones, la Biblioteca Pública fue clausurada en 1874.

Después del fin de la guerra en 1878 la situación se agravó. Comenzó un largo conflicto de intereses que limitó la labor de la Biblioteca, en ese momento supeditada al Ayuntamiento de Matanzas.

Esta situación se prolongó hasta 1899. Este año la Biblioteca Pública pasó a la jurisdicción del Instituto de Segunda Enseñanza, a propuesta de su director, el médico y educador Eduardo Díaz Martínez.

Al año siguiente se le reconoció su carácter público y se realizaron una serie de mejoras. Estos cambios se suceden, sobre todo, gracias a la labor de sus directores, los bibliógrafos Carlos M. Trelles y José Augusto Escoto.

En 1910 fue reconocida oficialmente como biblioteca pública y adscrita a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. Aunque radicaba en un local inadecuado, sus fondos crecen y cuenta con un presupuesto asignado.

Una nueva etapa comenzó en 1935, gracias a los esfuerzos de su director Pedro Ávalos, quien desarrolló una brillante labor hasta 1938. Fueron variadas las acciones que dieron un verdadero carácter social a la biblioteca.

El 27 de octubre de 1940 la biblioteca fue nombrada Gener y Del Monte. De esta forma se rindió merecido homenaje a Tomás Gener y Domingo Del Monte, dos figuras señeras de la historia matancera.

Después de 1959, como parte de una amplia revolución en la esfera social, la Biblioteca Gener y Del Monte ganaría en solidez científica e influencia en la sociedad matancera.

En 1962 se incorporó a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Un año después, en 1963, la biblioteca fue instalada en el antiguo edificio del Casino Español de Matanzas. Es en este sitio donde ha sido conocida por varias generaciones de matanceros.

La Biblioteca Provincial Gener y Del Monte es nuestra más antigua institución cultural y orgullo de Matanzas. (ALH)

Tomado de TVYUMURÍ