Feria XIV Festival: ¿en efectivo o por transferencia?

Nada puede ser peor que tener dinero en tarjeta y volver a casa con la jaba vacía. Con la comida no se juega, nadie tiene ese derecho.

Se puede estar a favor o en contra de la bancarización, pero es una norma y hay que cumplirla.

Aunque el cliente pierda los beneficios del pago en línea, se le puede ofrecer la alternativa de transferencia a la cuenta fiscal para que no se retire sin comprar.
El concepto de feria integral, surtida y respetuosa de los derechos del consumidor, ha enseñado su mejor rostro en las últimas tres jornadas dominicales en la plaza XIV Festival, de esta urbe.

Yo, asidua como soy, lo asocio al gardeo a presión de autoridades de la provincia en el intento de que estas opciones comerciales se parezcan a las reales posibilidades productivas del territorio, los precios se «desinflen», y, en resumidas cuentas, vendedores y clientes se relacionen con respeto.

A riesgo de dejar fuera de la jaba, digo, del comentario, variables que por su peso cada una vale el ejercicio del criterio, inclino la balanza por la bancarización, la alternativa que sigue sin ser monedita de oro para quienes la mastican, pero no la tragan.

En la XIV Festival pareciera que más concurrentes ofrecen las opciones de pasarelas de pago, al menos eso percibí en el capítulo del 9 de junio, donde fue muy buena la presencia de un grupo de trabajadores de la sucursal 3471 de BANDEC, que con su directora al frente,  le tomaron el pulso al asunto.

La iniciativa tenía también, presumo, una acción de control, que ojalá ayude a borrar del discurso frases como «lo siento, aún no tenemos el código QR, lo olvidé por la prisa, el  móvil se me rompió» o cuantas justificaciones implican quebrantar la norma, vulnerar derechos, impedir la adquisición de alimentos o artículos.

Para ser justa, en la XIV Festival,  el aprobado en la bancarización lo tiene, a mi juicio, el mercado agropecuario El Bosque, favorecedor hace mucho tiempo de Transfermóvil y Enzona, un camino por el que vi este domingo comenzar a transitar a Acopio en el municipio Matanzas, un verdadero alivio para los monederos electrónicos.

Cara opuesta la mostrada por los vendedores de la rica pulpa de mango, entidad perteneciente a la Empresa Agroindustrial Victoria de Girón, plantada en que solo acepta efectivo, como si la bancarización no tuviera ni horario, ni fecha en el calendario.

Y claro que hay en la feria dominguera otros comercios y comerciantes que ignoran olímpicamente el 2 de febrero de 2024, inicio de la obligatoriedad para que actores estatales y privados establecieran pasarelas electrónicas de pago, a riesgo,  incluso, de verse impedidos de operar, según  las letras combinadas de las resoluciones 111/23 del Banco Central de Cuba y la 93 del Ministerio de Comercio Interior.

Lo cierto es que la acción conjunta entre representantes de BANDEC y de BPA habla de la ruta seguida a favor de que la bancarización sea un hecho cotidiano en esta y en cualquier actividad comercial, sin el alcance, claro está, en este caso, de ser la solución divina.

 

En el espacio geográfico donde habita la feria de la XIV Festival, debiera exigirse (si se hace me excuso) el requisito de enseñar, junto con su declaración jurada, el QR o cuenta fiscal. Quien no lo posea, no vende. El que entre, debe respetar la norma, quien la incumpla, viola, y si viola, debe ser penalizado.

 

Esa es la percepción de autoridades de la provincia que por estos días arrecian controles por una feria integral, surtida y exigente de la bancarización y sus beneficios a los clientes, porque nada puede ser peor que tener dinero en tarjeta y volver a casa con la jaba vacía. Con la comida no se juega, nadie tiene ese derecho.