Otra cara para el Parque de La Libertad

En el Parque de La Libertad un ajetreo inusual augura cambios en ese entorno, los cuales la población matancera agradecerá desde el 4 de septiembre, cuando finalicen los trabajos constructivos y de mantenimiento.

Yurilandy López Jerez, jefe de la brigada de la Empresa Municipal de Comunales, enfatizó que se embellecerá mucho al parque con la siembra de un césped nuevo cultivado por la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, del municipio de Perico.

Hemos cambiado muchas tablas a los bancos y los estamos pintando, se han cambiado luminarias, y regamos dos veces al día el césped que hemos sembrado, añade López Jerez.

Quince hombres trabajan hasta el oscurecer, en todas las labores manuales, con picos, palas y guatacas, para garantizar calidad en el terminado.

La entidad inversionista es la Unidad No. 1 de aseguramiento y apoyo, del Consejo de la Administración Municipal de Matanzas, mientras que la constructora es la Empresa Agroforestal Matanzas.

Entre las acciones constructivas de mantenimiento y conservación destacan la sustitución de luminarias deterioradas, la poda, tala y siembra de plantas ornamentales, además de la sustitución de la capa vegetal; la reparación y mantenimiento del mobiliario urbano, así como el acabado de superficies y pintura de las áreas.

El céntrico sitio es un lugar de visita casi obligada para los turistas y los matanceros residentes que disfrutan allí de un espacio tranquilo, rodeados de varios edificios emblemáticos como el Museo Farmacéutico de Matanzas, la sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular, la biblioteca provincial Gener y del Monte, la sala de conciertos José White, el teatro Velasco y los hoteles Louvre y Velasco.

Al centro se erige un complejo escultórico, obra del escultor italiano Buemi, el cual muestra una escultura en bronce del Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, sobre un pedestal de más de cinco metros de altura, mientras que delante aparece una mujer que representa la libertad, con los brazos abiertos y las cadenas rotas.

Hugo García/Juventud Rebelde