Cuando prendes el televisor y ves un programa ni imaginas la maquinaria que se mueve detrás: un enjambre de personas en diversos roles confluyendo ideas para un mismo fin, viejas tecnologías que luchan contra la obsolescencia, retos en transportación y desplazamiento, aprendices que se suman, rutinas productivas que no por rutinarias se vuelven fáciles.
Este 2024 se acerca a las dos décadas el único telecentro municipal de Matanzas: Telebandera, una de las tantas primicias cardenenses, con mucha historia contada y por contar.
Fue creado en la tierra de Elián González Brotons, el 27 de agosto de 2005, por nuestro eterno Comandante en Jefe, cuando se libraban importantes batallas de ideas por el regreso de los Cinco a la Patria.
Desde entonces han llovido los retos. No es sencillo llegar a los hogares y corazones de los cardenenses. Rayos sobre el transmisor, tecnologías cromagnónicas y hasta la coexistencia con el famoso “cable” con opciones extranjeras, le han puesto la parada alta a la televisora local. Sin embargo, las puertas de la institución, enfrentando vientos huracanados y marejadas de tsunami, siguen abiertas.
Hace algo más de un lustro me inserté a ese equipo valioso de profesionales que son la razón por las que, aunque parezca que los desafíos le superen, Telebandera se mantenga en pie.
Les vi innovar para sacar al aire la señal; empatar cables, revivir una computadora a la que solo le era compatible la tecnología para transmitir de modo analógico; usar papeles manuscritos en lugar de los conocidos telepronter; vi productores transformados en sonidistas ante déficit de personal; periodistas como editores, locutores y hasta directores de programas; maquillistas asumiendo cámaras, pero nunca les vi rendirse.
Telebandera se alzó más que nunca como faro informativo en medio de la pandemia que tuvo a Cárdenas con los peores números de contagios y fallecidos. Por aquel entonces lejos de apretar parrillas aumentaron los espacios y nadie vaciló al entrar en zonas rojas durante la pandemia de covid 19, ni porque solo laboraban los imprescindibles, o mejor dicho: los valientes.
a televisión es costosa y retadora en el mundo y más aún en este trozo de Isla a la que le sobran los bloqueos y le escatiman los recursos. Hoy el telecentro atraviesa quizás su tiempo más difícil. El recrudecimiento en la situación económica y la emigración le ha golpeado más que la covid. Pero a pesar de todo, aún se escuchan los reportes de Alexei McInstosh, desde la Ciudad Bandera de Cuba, en la televisión nacional. Y es que no importan los impedimentos, si está el empeño.
Ya no soy parte del equipo de la institución, pero me enorgullece saber que este septiembre se incorporarán a la nómina jóvenes talentosos, periodistas recién salidos de la academia con muchas ganas de hacer. Y con ese balance perfecto de juventud y experiencia, Telebandera seguirá dando muestras de excelencia, como lo ha hecho durante estos 19 agostos, que han sido de desafíos, pero también de sueños y entrega total.