Poco más de un centenar de tablillas faltan a los bancos del céntrico parque de La Libertad. Su distribución por todos los bancos periféricos y los interiores que circundan el monumento al Apóstol, hacen pensar en nuevos hechos vandálicos e indisciplinas sociales.
Hace pocos años las autoridades y especialistas del territorio adoptaron la decisión de cercar el conjunto escultórico que preside la histórica plaza, ante la imposibilidad de frenar las indisciplinas sociales que atentaban contra el lugar.
Esta vez los hechos parecen carecer de seguimiento y control. Algunas tablillas aparecen partidas, en tanto muchas otras ofrecen un espectáculo indigno, dada la suciedad producida por las excretas de los pájaros que pernoctan en sus inmediaciones.
La falta de limpieza que se extiende al pavimento del parque en las áreas afectadas da muestras de abandono y falta del mantenimiento necesario.
Menos de un año transcurrió desde las reparaciones que tuvieron lugar para celebrar el Aniversario 330 de la Atenas de Cuba.
El parque de La Libertad constituye uno de los sitios emblemáticos de la ciudad de Matanzas. Lugar de paseo o tránsito permanente, espacio simbólico para el desarrollo de diversos actos políticos frente a la imagen martiana y cuenta con una variada programación cultural para todas las edades. Aún así pareciera no merecer el debido respeto de los profanadores.
Es cierto que el parque carece de la debida iluminación. Hace años sus luminarias fueron sustituidas por otras de escasa intensidad, perpetuando sobre el lugar una penumbra propicia para indebidos, menesteres.
No obstante la situación existente pudiera manifestarse en cualquier horario, aparentemente a los ojos de todos los que transitan o laboran alrededor del mismo.
En pleno disfrute del verano no estaría mal echarle una ojeada a las condiciones de nuestra plaza principal. Su protección contra indisciplinas y vandalismos, tanto como el cuidado de su limpieza es tarea de todos, por respeto a su historia y a la dignidad de los que compartimos la ciudad que edificaran nuestros ancestros.
Tvyumurí