Mientras lo común mundialmente es licitar el diseño de la marca país y otorgarle la tarea a una de las grandes agencias publicitarias, la nuestra siguió un curso singular, apuntó, en referencia a esa característica.
En el Hotel Nacional de esta capital, el jefe de Gobierno presidió la institución oficial del Consejo de la Marca País de Cuba, autoridad facultada para decidir el uso de ese signo y ejercer su promoción, protección, administración, control y defensa.
Haber estado presente en la historia, sociedad, cultura y política de la nación, le concede una ventaja a la hora de posicionar este signo, subrayó.
Hablar de la Marca País implica un repaso a los principios, valores, idiosincrasia, acervo cultural y cualidades singulares del país. Por todo ello, se condensan en ese signo oficial indicativo de nuestra identidad, aseguró.
Todavía, señaló, recordamos con especial orgullo la imagen en los bolsillos de las batas blancas del personal médico que ayudó a combatir la pandemia de la Covid-19 en innumerables países.
Ellos fueron los mejores embajadores de ese signo oficial que mostraba al mundo la procedencia de aquellos hombres y mujeres, y la fuerza de un país que comparte lo que tiene, no lo que le sobra, aseveró.
Para el primer ministro, “en el empeño de posicionar al país resulta necesario articular el quehacer de todos los actores económicos, sociales y políticos”, con el objetivo de construir una identidad competitiva.
Recordemos que su objetivo es homogeneizar, en un entorno globalizado y altamente competitivo, el concepto de nación entre los más diversos públicos, ya sea a nivel individual, grupal o social, manifestó.
Dijo, asimismo, que “dicha articulación solo es posible con una estrategia cuyo propósito fundamental es comunicar una imagen coherente de Cuba dentro y fuera de sus fronteras y contribuir a que nuestro pueblo la haga suya”.
Por otra parte, alertó acerca de la interpretación del término Marca País, en su opinión, resultado de “un proceso complejo y retador” para gestionar de manera estratégica las cualidades de cada Estado.
Esa representación, expresó, es muy importante en el empeño de “ganar visibilidad, credibilidad y confianza” para impulsar exportaciones, atraer inversiones extranjeras, potenciar ofertas turísticas, realizar eventos, promocionar marcas, productos y servicios, “así como exaltar la cultura e identidad nacional”.
Prensa Latina