Como cada año, en los albores de febrero, el Día Mundial de lucha contra el Cáncer suscita la atención global en un altruista y necesario esfuerzo por emprender acciones colectivas para aumentar la conciencia respecto a esta enfermedad y, fundamentalmente, reducir su impacto en las naciones del orbe.Según la Organización Panamericana de la Salud, el cáncer representa una de las prinicipales causas de morbilidad y mortalidad en el planeta, cuya carga aumentará aproximadamente en un 60 por ciento durante las próximas dos décadas, impactando aún más en los sistemas de salud, personas y comunidades.
La jornada no solo deviene llamado a la solidaridad y comprensión hacia aquellos que enfrentan este padecimiento en todas sus formas, sino también aliciente para promover su prevención, tamizaje y detección temprana, oportuno tratamiento y cuidados paliativos, así como para impulsar un estilo de vida saludable y educar a la población en torno al cáncer, sus factores de riesgo y aquellas investigaciones que se gestan para combatirlo.
En este contexto, la medicina cubana evidencia las potencialidades de su plantel, efectuando importantes estudios y materializando, entre otros, las vacunas terapéuticas como CIMAvax-EGF y Vaxira y los anticuerpos monoclonales CimaHER y HeberFERON, que se erigen como grandes adversarios que, desde la Isla, bregan contra el cáncer de pulmón, cabeza y cuello y piel, respectivamente y que constituyen tratamientos oncológicos innovadores y de alta eficacia.
Asimismo, este día resulta el escenario propicio para realizar disímiles actividades encaminadas a elevar la cultura sanitaria de la población, incrementar el autocuidado y la autorresponsabilidad, incentivar la atención temprana en pos de garantizar mayores probabilidades de supervivencia y mejor calidad de vida y, sobre todo, aumentar la percepción de riesgo de este afección en la sociedad.
Bajo el lema «Por unos cuidados más justos y un llamado a unir nuestras voces y actuar», la Unión Internacional contra el Cáncer y las Organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud movilizan este año, por vigésimo cuarta ocasión, a la comunidad global en su lucha contra esta enfermedad, alzando la voz y propiciando un espacio de necesaria observancia y cabida mediática, para que la magnitud de este padecimiento sea reducida y, en última instancia, socavada.