La Constitución de la República de Cuba (2019) pondera la importancia del municipio en la vida de la nación. Una de las vías para lograrlo es fortalecer la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación en el entorno municipal. Esta debe ser una de las prioridades de los gobiernos a ese nivel, así como de las entidades e instituciones que en él radican.
Para este año 2024 el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente se ha trazado, entre sus objetivos de trabajo, acelerar la descentralización de sus funciones hacia los municipios, como forma de visibilizar la necesidad de la investigación para el desarrollo territorial. En el caso de Matanzas, la Delegación Territorial del CITMA ha desarrollado un proceso dirigido a crear las condiciones que propicien esta aspiración.
Por esta razón, en todos los municipios matanceros se han establecido las bases para el trabajo de especialistas que atenderán, en estrecha unión con el resto de las estructuras gubernamentales locales, los principales procesos relacionados con la gestión de la ciencia, la tecnología y la innovación, el medio ambiente, así como la gestión documental y de archivo. Estos especialistas radican en el propio municipio, lo cual favorece el conocimiento de las potencialidades y los problemas existentes, la relación con los actores del desarrollo local y el vínculo con las instituciones y organismos.
La ciencia en el municipio
Un aspecto esencial de este proceso en desarrollo es la formación, superación y utilización del potencial científico existente en los municipios. Esta tarea debe ser desarrollada en estrecha unión con los centros y filiales universitarias, como un esfuerzo dirigido a crear capacidades que permitan construir el cambio necesario desde las características propias de cada caso.
Lo anterior es vital para la estrategia de desarrollo territorial que se asuma, la cual deberá contar, en primer lugar, con sus propios recursos humanos. Se debe considerar la formación inicial, permanente y continua de todas las personas que puedan aportar al desarrollo municipal, sean o no profesionales. Incluye tanto al sector productivo y empresarial, estatal o privado, como a los trabajadores de la administración pública y a los que prestan servicios de cualquier tipo.
Es importante considerar el papel de los proyectos de investigación como fuentes generadoras de conocimientos, así como de los proyectos de desarrollo local y los de carácter sociocultural. Sobre todo, por las posibilidades que poseen de involucrar grupos de personas y aprovechar sus saberes en función del bien de todos.
Trabajar para la certificación de entidades innovadoras, consolidar la labor consultora de los consejos científicos y los comités técnicos asesores, así como estimular las sociedades científicas estudiantiles y el trabajo de las asociaciones científicas, son otros aspectos que pueden contribuir de manera ostensible a la ciencia desde el espacio municipal.
Debe asumirse que hacer ciencia en el municipio es un proceso social, no una labor para unos “elegidos”. Todos pueden colaborar, aportar, contribuir desde su experiencia y resultados, para dar solución por la vía científica, a los problemas que más afectan la vida económica y social del territorio, siempre en función de su desarrollo integral y autóctono.
El reto
Existen múltiples posibilidades aún sin explotar que pueden contribuir a construir la tan ansiada autonomía municipal. Quedan muchas barreras por derribar, mentales y de recursos, pero en ambos casos hacer ciencia en el municipio es una opción viable que permite apostar por la creatividad y la inteligencia colectiva. En este Día de la Ciencia Cubana trabajemos por hacer realidad la ciencia en el municipio, ese es el reto. (ALH)
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