Severo Rivero y Magalys Hernández se gritan todos los días, sus prótesis auditivas se deterioraron y en tiempos de transporte complejo prefieren no someterse al proceso de reevaluación, para después solicitar la adquisición de nuevos equipos que saben son difíciles de comprar por el país en el exterior por el impacto del bloqueo.
«A consecuencia del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por el gobierno de los Estados Unidos el acceso a las prótesis auditivas hoy se dificulta, en su mayoría estas son adquiridas en el exterior a precios muy costosos, y en tiempos de crisis económica crecen las limitantes», explicó William Pulido González, especialista de primer grado en otorrinolaringología.
«Los dispositivos dirigidos a cubrir la pérdida auditiva en los pacientes provienen del convenio de Cuba con cuatro empresas especializadas en su fabricación, tres de ellas radican en el extranjero y una nacional, perteneciente al Centro de Neurociencias de Cuba«, agregó.
«Aun cuando el bloqueo frena el desarrollo de la nación, más de cinco mil niños y adultos en la provincia de Matanzas actualmente cuentan con los implementos auditivos para mejorar su calidad de vida», resaltó Pulido González.
En el Centro Auditivo Provincial, con 12 años de trabajo acumulados, se realizan las primeras pruebas para la posterior puesta de las prótesis; “se toman las impresiones del molde auditivo, se envían por correo hacia La Habana para su fabricación y una vez disponibles se le pone el aparato al paciente”.
Los componentes, aclaró el especialista, se emplean para tratar las modalidades de pérdida auditiva moderada, severa y profunda en niños, adultos en edad laboral y ancianos, hoy con mayor disponibilidad de los diseñados para los mayores, aunque todavía insuficiente para cubrir la lista de espera de más de 100 personas urgidas de tales aditamentos.
«Una vez que se diagnostique el empleo de prótesis, la persona en cuestión deberá usarlo de por vida. En los pequeños, estos dispositivos se colocan en ambos oídos para mayor ganancia auditiva y desarrollo del lenguaje y aprendizaje; en los adultos, debido a las dificultades económicas, se pone solo uno en dependencia de la afectación», precisó.
Los costos a nivel internacional de los implementos auditivos rebasan cifras elevadas, inaccesibles para muchas familias: sin embargo, en Cuba pese al cerco norteamericano que impide el avance nacional, estos productos cuando están disponibles tienen el precio de 45 pesos cubanos (CUP) y las baterías a 60 centavos en CUP cada una, de las cuales necesitan de 24 a 30 unidades en el año.
La sordera es un daño irreversible, con ella lidian cotidianamente Severo y Magalys, quienes hacen de vociferar un acto común de comunicación ante la ausencia de las muy útiles prótesis auditivas, las que descompuestas en el cajón del cuarto pudieran facilitarles el entorno sonoro, si no existiera un bloqueo económico que hace ruido hace 61 años en la vida de un país.
(Por Laura de la C. González Trujillo – ACN)