La alegría del primer salario

Como una niña que recibe su primera muñeca fue la reacción de una joven egresada, que me reservo su identidad, al recibir su primer salario.

Saltos, risa nerviosa y quizás hasta alguna lágrima que humedeció ligeramente su rostro. Era la alegría de recibir, por primer vez, la remuneración al esfuerzo y dedicación de todo un mes de labor.

Para los que vivimos aquella escena, que parecía la historia de un cuento de hadas, también fue emocionante.

Miles de recuerdos afloraron a mi memoria. En mi primera vez repetía incansablemente las líneas de aquel viejo cuento infantil… ¿Qué me compraré?

La emoción es muy intensa y no todos la vivimos de igual manera, para algunos es solo el primer salario, que alcanza para casi nada, para otros es lo que le pagan por el esfuerzo de todo un mes. Pero para los más sensibles significa ser libres para cumplir sueños.

Recuerdo que durante todo el mes prometí regalos a familiares y amigos pero, al llegar el día tan esperado, la alegría y el orgullo eran mayor que la cantidad de  capital que recibí.

Como no me alcanzaba para cumplir con los compromisos, organicé un pequeño motivito para compartir con todos el fruto de mi esfuerzo como trabajadora.

Aún no sé cuál será el destino del primer salario de la joven que me inspiró a narrar esta historia, pero estoy segura que cuando transcurran varios años será ella la autora de alguna anécdota parecida a esta.