Un acto tan importante como abrir una llave con agua, mojarnos y enjabonarnos las manos, frotarlas bien y enjuagarlas para por último secarlas con un paño limpio, puede evitar que enfermemos o incluso, salvarnos la vida.
Ambas extremidades superiores articuladas son una importante, aunque aclaro que no determinante, herramienta para el desarrollo de las rutinas cotidianas, lo que las expone a gérmenes, bacterias o sustancias que pueden poner en peligro nuestra salud.