El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, citó para hoy a una sesión extraordinaria para analizar la solicitud del mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de intervenir el Distrito Federal (DF) ante invasiones a tres poderes.
Según la televisora O Globo, Pacheco, quien disfrutaba de unas vacaciones en Francia salió y llegaría este lunes a Brasilia, donde hará la urgente reunión de manera conjunta con la Cámara de Diputados.
La víspera, ante las incursiones violentas de adeptos radicales del derrotado gobernante Jair Bolsonaro al Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, Lula decretó la intervención en el DF.
Durante su alocución, el fundador del Partido de los Trabajadores afirmó que hubo falta de seguridad en la capital y prometió que los terroristas serán encontrados y castigados. Se dictó la medida hasta el 31 de enero.
El objetivo de la intervención es «poner fin al grave comprometimiento del orden público» en la división territorial, marcada por acciones vandálicas e irrupción en predios públicos.
Tal disposición será coordinada por el interventor Ricardo García, actual secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia.
De acuerdo con la disposición, García estará subordinado al presidente de la República y no a las normas de distrito que entren en conflicto con las medidas necesarias para la ejecución de la intervención.
«Esos vándalos, que podemos llamar fascistas, fanáticos hicieron lo que nunca se hizo en la historia de ese país», denunció el exsindicalista.
Insistió en que lo ocurrido, «no tiene precedente en la historia de nuestro país. Esa gente tendrá que ser castigada. Vamos a descubrir los financiamientos de esos vándalos que fueron a Brasilia. Vamos a descubrir todos ellos y pagarán con la fuerza de la ley ese gesto de irresponsabilidad», subrayó.
A los gritos de «limpieza general» y al sonido de himnos brasileños, un inmenso grupo de bolsonaristas (seguidores del exmilitar) invadió este domingo la Explanada de los Ministerios para manifestarse contra los resultados de la segunda vuelta de elecciones del 30 de octubre que ganó Lula.
Los extremistas, que piden una intervención militar, entraron al Congreso Nacional bajo una lluvia de bombas de gas lacrimógeno lanzadas por agentes de la Policía Militar.
Tras la irrupción en el Parlamento, los inconformes con la victoria electiva y asunción al poder del extornero mecánico ingresaron después al Supremo Tribunal Federal.
De igual manera, en el Palacio del Planalto, un banda de radicales llegó hasta el cuarto piso y depredó el baluarte del Poder Ejecutivo.(Portal Cuba Sí)