¡Que llave!

En el teatro Colón se proyectaba, hace ya muchos años, una película de misterio. La trama se desarrollaba en un tenebroso y oscuro convento. Era un momento de gran tensión y profundo silencio en la sala, cuando con el propósito de abrir una gran puerta, la madre superiora extrae de entre sus hábitos monacales una enorme llave. Es entonces que brota del gallinero, con expresión soñolienta, una voz de bajo que exclama:

¨¡ OOOÑO QUE LLAVE!¨

Falto poco para que el teatro viniera abajo.