El papa Francisco, de 87 años, llegó hoy a Luxemburgo como parte de una gira de cuatro días que también lo llevará a Bélgica y cuyo objetivo es dialogar sobre la escalada bélica israelí.
Visiblemente cansado llegó el máximo exponente de la iglesia católica al Gran Ducado en un periplo en el que su salud será escrutada de cerca, describe la prensa local.
En el aeropuerto de Findel fue recibido por el gran duque Enrique, la gran duquesa María Teresa y el primer ministro Luc Frieden.
Según el programa de su visita el pontífice hablará sobre el papel que quiere desempeñar en el mundo en un futuro próximo para la acogida y la solidaridad entre las naciones, según el director del servicio de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
La víspera de su partida, el papa calificó de «inaceptable» la «terrible escalada» en Líbano, y llamó a la comunidad internacional a hacer lo posible para ponerle fin.
Según la Santa Sede, la paz será uno de los temas principales de los siete discursos que Francisco pronunciará durante el viaje.
Una palabra «en memoria de aquellas tierras que han deseado con fuerza y trabajado para crear las condiciones de la paz tras el sufrimiento padecido durante la guerra, justo cuando el continente corre el riesgo de verse arrastrado de nuevo al conflicto», dijo el portavoz Bruni.
El vocero mencionó detalles del viaje de cuatro días, que incluirá «en varias ocasiones» encuentros con algunas autoridades de la UE e instituciones relacionadas.
En el viaje no estará presente el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, quien se encuentra en Nueva York para representar a la Santa Sede en la 79 Asamblea General de la ONU.