Los problemas hay que tomarlos por los cuernos. Meterse en el meollo si queremos ser parte de su solución. Así lo hace Enrique Tirse, el amigo periodista de la radio matancera. Desde hace algún tiempo busca el culpable de los desajustes en la bancarización y hasta ahora solo halla criterios encontrados, según nos confiesa.
De una parte, las autoridades bancarias y los organismos implicados en su aplicación, de la otra, los distintos actores económicos, no parecen ponerse de acuerdo en un proceso próximo a cumplir su primer año.
Con Tirse muchos ciudadanos nos devanamos los sesos en busca de una solución perentoria a nuestros propios problemas.
En medio de las dificultades que a diario enfrentamos para adquirir los productos y servicios necesarios y las largas colas en bancos y casas de cambio para extraer una cantidad limitada de dinero, nuestros mejores esfuerzos muchas veces se dan de narices contra los obstáculos que le sobran al pago electrónico.
Las indisciplinas y evasiones de la responsabilidad de un número de comerciantes, son objeto de inspecciones y distintos controles. Muchas veces los argumentos que ofrecen a los visitantes y al público en general no le permiten al ciudadano común hallar el extremo de la cuerda.
A la deficiente aplicación de las plataformas electrónicas exigidas, el juego y rejuego con los precios y el cobro solapado mediante líneas personales y no por las de la entidad, se les suma nuevas manifestaciones de difícil comprensión.
Como para enrarecer aún más el diálogo de las partes, aparece entre las nuevas modalidades de algunos establecimientos, la no aceptación de billetes de baja denominación.
Cuantas veces ha salido Ud. del banco con un paquete de dos mil pesos en billetes de 20 y 10 que no atina a guardar en su ajustado bolsillo.
Señala Tirse -poniéndose la ropa de los distintos actores económicos- que estos deben depositar todos sus ingresos en el banco y que los suministradores en cambio no aceptan transferencia. Confieso no disponer todos los elementos al respecto pero de seguro algo debe andar mal en la larga cadena de las transacciones y los pagos. La situación lógicamente se complica cuando los productos son comprados en monedas convertibles.
«La población nos está diciendo lo que hay que hacer, nos está diciendo dónde están las insatisfacciones y está reconociendo que nos ha faltado acción», ha señalado el primer secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, respecto al proceso de bancarización en marcha.
La extracción de efectivo en un volumen superior al que regresa a los bancos complejiza el panorama. Máxime cuando una buena parte de ese efectivo se concentra en unas pocas manos.
Acciones de control y supervisión del sistema tienen que atemperarse a los reclamos del pueblo. Problemática de particular importancia y complejidad exige la permanente información a la población, sin tecnicismos ni evadiendo el enfoque crítico que demanden las circunstancias.
La bancarización puede contribuir a la gestión más eficiente del dinero, estimular la política de ahorro y contribuir al desarrollo económico del país. Pongámosla al día con la participación de todos.