En el poblado de Máximo Gómez, ubicado en el territorio periqueño, se llevaron a cabo las Olimpiadas de verano en diferentes lugares de la comunidad. Entre las disciplinas deportivas se destacan el fútbol en la modalidad 3×3. Esta variante capturó la atención de los espectadores por su dinamismo.
El evento también rescató los juegos tradicionales, como la atracción de la soga. Estas actividades permitieron a los atletas mostrar sus habilidades en manifestaciones arraigadas en la historia y la cultura. La iniciativa demuestra que la innovación y la tradición pueden coexistir en un evento deportivo tan emblemático.
Los miembros del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación fomentaron la actividad física y el espíritu deportivo. Estos eventos promueven la sana recreación, el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades motoras en los participantes. Además, ofrecen una plataforma para que los niños descubran sus talentos.