Han transcurrido más de nueve semanas de este culebrón legal que convocó a 37 testigos en esta historia de lingotes de oro, dinero a manos llenas y otras fechorías, aunque el imputado se dice inocente.
La Fiscalía de Nueva York determinó que el otrora poderoso legislador demócrata por Nueva Jersey puso su «poder en venta» cuando participó en un «caso clásico de corrupción a gran escala».
Menéndez, quien fue presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, puesto al que tuvo que renunciar luego de ser inculpado, responde por cargos que van desde el soborno, fraude, extorsión, obstrucción a la justicia hasta recibir pagos para actuar como agente de dos gobiernos extranjeros.
Aunque su imagen ya está deteriorada, el ser declarado culpable le proporcionaría una estocada de muerte a su carrera política.
El senador fue acusado junto a su esposa, Nadine Menéndez, pero son juzgados por separado. Ella se recupera de una cirugía por cáncer de mama, según los reportes de medios locales.
Durante el allanamiento policial a la casa de los Menéndez en Nueva Jersey, en 2022, encontraron «sobre tras sobre con dinero» (en total 480 mil dólares) entre las ropas, en armarios y dentro de una caja fuerte.
A lo anterior se suman otros 70 mil dólares hallados en una caja fuerte perteneciente a su esposa, así como 13 lingotes de oro, cuatro de ellos de un kilogramo cada uno.
La pareja provocó –de acuerdo con la acusación- que los abogados hicieran declaraciones falsas a fiscales federales en Nueva York sobre un Mercedes Benz convertible y pagos de hipotecas que habrían sido fruto de sobornos de empresarios que buscaban los favores del senador.
“Robert Menéndez supuestamente acordó utilizar su posición oficial para beneficiar a Wael Hana, José Uribe, Fred Daibes y el Gobierno de Egipto a cambio de cientos de sobornos”, subrayó en su momento entonces la acusación.
Menéndez, de 70 años, sumó en enero otra raya a su lista delictiva, esta vez por tráfico de influencia, vinculado a un empresario de Nueva Jersey y un fondo de inversión de Qatar.
El demócrata ya había sobrevivido a un escándalo previo por actitudes corruptas, asociadas a presuntos pagos por influencia política, pero el caso fue desestimado en 2018.
Ahora si llegara a ser declarado culpable se enfrenta a la expulsión del Senado y a décadas en prisión.
Prensa Latina