Nicolás Guillén: Pilar de la identidad y cultura cubanas

Venerado por la riqueza rítmica, musicalidad y lirismo de su prolífica obra, así como por su cabal defensa de la igualdad racial y la prevalencia de la cultura afrocubana en la literatura y las demás manifestaciones, Nicolás Cristóbal Guillén Batista se ha consolidado como una de las más prominentes figuras del arte antillano.

Nacido en Camagüey el 10 de julio de 1902, el joven Guillén durante su periplo académico encontró en el talento de grandes como Quevedo, Góngora, Cervantes u otros autores neoclásicos, románticos y postmodernos, así como en el quehacer periodístico de su progenitor y en las bondades de la tipografía y mecanografía, los cimientos para perfeccionar su entonces incipiente despertar literario.

Sus primeros versos engalanaron las páginas de las revistas Camagüey Gráfico y Orto y la habanera Castalia y colaboró además con los periódicos El Nacional, Las Dos Repúblicas, El Camagüeyano y, principalmente en El Diario de la Marina, en cuyo suplemento «Ideales de una raza», publicó los ocho poemas que conformaron su primer libro «Motivos de son», que le hicieron obtener una amplia resonancia popular.

«Motivos de son» representó un parteaguas en la poesía nacional, gracias al melódico ritmo y magistralidad con que Guillén retrató desde sus versos el vocabulario autóctono y los rasgos indiscutibles, costumbres, tradiciones y folclore de la comunidad negra cubana, siempre discriminada y excluida por la burguesía, así como por la musicalización a la que estos se vieron expuestos por compositores de la talla de García Caturla y Emilio y Eliseo Grenet y la posterior publicación del volumen «Sóngoro cosongo», otra multicolor estampa de la racialidad en la Isla.

Y pese al ostracismo y la censura que hubo de enfrentar una vez que sus opiniones políticas se tornaron más vocativas, la firmeza de su pluma se impuso en textos como «West Indies Ltd», «Cantos para soldados y sones para turistas» y «La paloma de vuelo popular», orientados más hacia la protesta política y antiimperialista, el patriotismo y la lucha por la justicia, además de «Poema en cuatro angustias y una esperanza», donde abordó el impacto de la Guerra Civil española y el asesinato de Federico García Lorca, y «Tengo», donde respaldó el florecimiento de la Revolución cubana.

Su fructífero accionar le valió importantes reconocimientos como Orden José Martí y el Premio Nacional de Literatura y lauros internacionales como la Orden Caro y Cuervo de Colombia, el Diploma al Mérito Humano en México y el título de Huesped Ilustre de la ciudad de Caracas, así como los Premios Mundiales de Poesía Asan, de la India, el Ricardo Miró, de Panamá y el Honoris Causa en las universidades de Jamaica, La Habana, Francia, Ecuador, Colombia y Perú.

Tras bregar contra una larga enfermedad, nuestro Poeta Nacional falleció el 17 de julio de 1989 en la capital del país, dejando tras de sí una irrepetible e influyente impronta artística, cuya trascendencia histórica, cultural y literaria, activismo socipolítico por visibilizar la riqueza cultural afrocubana y poner fin a la discriminación racial, aunado a la singularidad de sus escritos lo acreditan como uno de las exponentes fundamentales de la literatura latinoamericana del siglo XX.

(Tomado de Radio 26)