¿Dónde estará temporalmente la terminal?

El martes último tuve la suerte de asistir a una fecunda reunión en la Dirección Provincial de Transporte (DPT). ¿El tema? Ya mis lectores lo deducirán en el título de este comentario: la restauración próxima de la Terminal de Ómnibus de Matanzas, inmueble patrimonial que, de perderse, sería como herir el alma de esta ciudad; y su ubicación temporal en otra área citadina.

La cita, conducida con sumo juicio por Roberto Ricardo Marrero, viceministro del Mitrans, y a la que concurrieron colegas de la prensa, directivos de la DPT y de importantes entidades del territorio, ofreció la posibilidad de constatar, además, la trascendencia del asunto para ese ministerio, en particular para su titular, el compañero Eduardo Rodríguez Dávila, quien vía WhatsApp saludó a los presentes y afirmó: “Aquí debe primar la inteligencia colectiva, en aras de la mejor decisión”.

Informó el viceministro que las acciones constructivas prevén su inicio el venidero 4 de septiembre, con presupuesto proveniente del Fondo de Desarrollo del Transporte y facultad administrativa del Mitrans. El cronograma de la obra se actualizará según las condiciones, y el Gobierno de Matanzas chequeará sistemáticamente su desarrollo.

El apuntalamiento del inmueble y su cercado perimetral, a cargo de brigadas del Micons, resultarán elementos suficientes para deducir que sus prestaciones cesarán, dada la envergadura de la obra y la necesidad de evitar accidentes. No obstante, en áreas aledañas se habilitarán espacios para la comercialización de pasajes y venta de boletos.

Ahora bien, ¿hacia dónde trasladarán los habituales servicios de la Terminal de Ómnibus de Matanzas?

La decisión comunicada a los presentes fue “reubicar la Terminal transitoriamente hacia la de Ferrocarriles”, en la periferia citadina. Para transportar a las personas hasta el apartado sitio se emplearán ómnibus con carácter permanente, a más de habilitar allí ofertas gastronómicas.

Sin embargo, todas las opiniones de quienes usaron la palabra declinaron tal proposición, por considerarla errónea y desatinada, si de beneficiar al pueblo se trata. Y sus criterios en torno a este particular también han de tomarse en cuenta. Permítanme recomendar la lectura del comentario Terminal de Ómnibus: del silencio a la especulación, publicado en esta columna el pasado viernes 14 de junio.

Escuché con agrado cómo un joven historiador y profesor universitario defendió su criterio. Dijo que en el imaginario de los matanceros aún pervive lo que fue la terminal de San Luis, ubicada en la calzada homónima y con desempeño ajeno a su concepción. ¿Acaso no pudiera ser esta una opción de elevado arraigo popular?

 

 

Hasta un reconocido artista de la plástica, con marcada elocuencia deslizó otras propuestas, también en el céntrico barrio de Pueblo Nuevo: la base de ómnibus José Pérez Vidal o incluso un antiguo local para camiones, ambos con factible acceso.

 

 

También alguien habló de unidad, porque es consustancial a la democracia donde triunfan las más genuinas ideas del pueblo. Por eso este viernes el viceministro Roberto Ricardo Marrero y directivos de la DPT preveén recorrer algunos de los sitios mencionados para hallar de entre todos el mejor. Apartado 1433 continuará informando a sus lectores acerca de las determinaciones pertinentes.

Perdido Girón