Cuando hace unos días llevó hasta 37 la cifra de cubanos clasificados para los Juegos Olímpicos de París 2024, el tenimesista Andy Pereira sintió emociones encontradas.
En las imágenes del momento que trascendieron a través de la redes digitales se le vio feliz, exhibiendo desde Lima el cartel que certificaba como su próximo destino la capital francesa. Como él, muchos volvieron a disfrutar el ritual de subirse a la mesa tras cada triunfo trascendental.
Luego de la euforia del momento, el capitalino de 34 años accede a conversar con JIT de lo que pudiera significar su tercera presencia en citas olímpicas y de cuánto agradece a aquellos incondicionales que siempre están presentes, en las buenas y en las malas.
Inmerso en lo que pudiera considerarse el tramo más espectacular de su trayectoria, el subcampeón individual panamericano en Santiago 2023 y medallista de oro centrocaribeño en San Salvador 2023 pensó hace unos meses en poner fin de su etapa como jugador.
Andaba desmotivado –sensación que por momentos todavía tiene en medio de buenos resultados–, pero sabe del empeño de muchos a los que no puede decepcionar y eso le empuja.
«Sobre todo me inspira mi niña y mi familia», confiesa como parte de un diálogo en que se muestra con la madurez que aportan más de 20 años vinculado al alto rendimiento, y que a veces le agobia más de lo que desearía.
Vas estar por tercera vez en unos juegos olímpicos ¿qué se siente?
Es algo grande, pero no se siente igual que las veces anteriores. Claro que estoy feliz y no solo por mí, tengo mucha gente que me apoya. Contento por el esfuerzo que se ha hecho para que yo participara en los torneos, con la federación cubana sobre todo.
Siento que me llena más haber hecho realidad el sueño para todos ellos que por mí. Ahora no voy a tener la novedad de unos juegos, lo veo como algo diferente en lo que es ya el final de mi carrera. Sentir el amor de todos los que han estado pendiente y apoyando durante tantos años, es eso lo que realmente me emociona más.
Clasificar a unos juegos olímpicos es también cumplir el sueño de mi entrenador Osdani Romero, que no ha estado nunca en unos y disfrutará incluso más que yo la experiencia. Valió la pena haber tomado esta decisión de quedarme un poco más, que sin darme cuenta me llevó hasta estos resultados.
¿Final de tu carrera?
El retiro es algo lógico. Estoy agotado luego de tantos años, también en ocasiones me ha faltado motivación. Sobre todo quiero dejar ya el deporte activo para estar más tiempo con mi hija, mis padres, mis amigos.
He estado muchísimo tiempo alejado de mi lugar, lejos de mis costumbres, persiguiendo sueños que traen alegría a todos, pero igual quisiera estar más cerca ahora de ellos.
¿Y ni siquiera los resultados de los últimos tiempos te harán cambiar de idea?
Tener estos resultados quizás me hace valorar antes una decisión definitiva e inminente. Estuve unos meses sin jugar y volví por el compromiso con mi deporte y sin esperarlo se dio el resultado en los panamericanos. Ahora no me parece que sea el momento de asegurar algo al respecto, pero no está lejos.
La posibilidad de clasificar por ranking estaba “en la mano”, pero fuiste a buscar el boleto en el torneo de Lima, ¿por qué?
Era complicado dejarlo al ranking. Estaba casi seguro, pero matemáticamente existía la posibilidad de que me quedara fuera. Me parece que fui a Lima sin demasiada presión, y eso me resulta un poco confuso, porque a veces una situación así te lleva a descuidarte, es un arma de doble filo.
Ganar en el torneo es diferente, aunque confieso que algo contradictorio, porque durante años veía a los otros ganar las plazas por ranking y me preguntaba ¿algún día estaremos nosotros en esa posiciones?… Ahora que tuve las dos oportunidades me quedo con la sensación de “lucharlo” en la mesa, es más meritorio creo o así lo siento.
Me quedo con el hecho de haber recibido el cartel de clasificado por los resultados en un torneo a conseguir el cupo por el ranking, que depende de muchas cosas.
Tienes el mérito de ser el único cubano con un triunfo en juegos olímpicos. Ahora vas a estar junto a Daniela Fonseca y Jorge Moisés Campos, ¿crees posible que se repita?
Nos gustaría avanzar más allá de la primera ronda en París. Dependerá mucho del sorteo, porque en unos juegos olímpicos todos los rivales son difíciles. La meta es esa, y yo en lo particular quiero seguir preparándome lo mejor posible para ver qué tan lejos puedo llegar.
Ahora tengo mejor ranking que en otras ocasiones. Incluso, quizás pueda quedar libre en la primera ronda y tenga que enfrentar entonces un partido difícil en el debut. Pero repito, depende mucho del sorteo, por eso la única meta es llegar en la mejor forma posible.
Ya que volvió a suceder… ¿Por qué el ritual de subirte sobre la mesa al final de un resultado importante?
Lo hice la primera vez por rebeldía. Creo que fue en 2014 o cerca, cuando tuve muy malos resultados y algunos pensaron que estaba acabado. Recuerdo que antes, en la clasificación para Londres 2012, lo que hice fue romperme el pullover, como señal de alegría porque me quedé con el último cupo en juego.
En definitiva forma parte del show, la gente se ha ido acostumbrando a ver esa imagen conmigo sobre la mesa. Tal vez ya hasta lo haga para complacerlos, a esos que están siempre.
Reitero que en esta última etapa de mi carrera no siento igual las emociones. De verdad que a veces lo hago más por quienes me apoyan –y no solo en Cuba–, muchos ni saben por lo que uno pasa, pero dan todo por verte ganar.(Portal Cuba Sí)