La emigración se incorpora como tema de fondo a la obra de Torbay, en una reflexión personal de su experiencia por muchos países, en especial Venezuela.

A través de la escultura en bronce y resina, la creadora acude a los versos del poeta español Antonio Machado como inspiración: «Caminante no hay camino, se hace camino al andar».

Uno repasa su vida, mira atrás, no hay huellas, pero hay una etapa llena de cosas buenas y malas que siempre están contigo, cada uno de nosotros somos caminantes de este mundo, reflexionó.

Formada en los talleres del Museo Nacional de Caracas y con participación en diversos salones, Torbay propone una serie que nace desde la calle, atraviesa los jardines y termina en la sala de exposiciones del Instituto Cervantes.

Para la artista, la escultura habita los espacios, «representa qué somos y de quiénes venimos».

En el patio, una mujer sentada con una maleta constituye un mensaje de retorno: «los libaneses tienen la costumbre de irse y para mí era importante decir que esa maleta está abierta».

La instalación de un espacio inmersivo en el interior del centro alude al mundo actual, Torbay lo define como la necesidad de salvaguardar el humanismo, «ir adelante y recuperar nuestro caminante universal».

Abierta al público nacional y extranjero hasta el 26 de junio, la exposición personal hace referencia a la constante lucha del ser humano por sus libertades y bienestar.(Prensa Latina)