El Partido Revolucionario Cubano, el partido de todos los cubanos

Duros años de estudiarle a la Patria cada minuto glorioso y cada entresijo de la historia, dedicó el Apóstol antes de fundar el Partido Revolucionario Cubano (PRC) hacen hoy 132 años.

Su ardiente pasión e intensa labor en aras de la independencia patria, le permitieron al Maestro mover enormes piedras de aquí y domeñar voluntades de más allá, para concebir la herramienta política necesaria.

Había que unificar el empeño libertador de todos los cubanos. Era necesario atraer la voluntad de los viejos guerreros, despertar el ánimo de adormecidos o frustrados, para encausar la heroica campaña. Era preciso superar la actitud individualista, el desencanto de muchos por los enormes esfuerzos y sacrificios fallidos o el resquemor y el enfrentamiento político de otros.

El Partido Revolucionario Cubano nacía para alcanzar la independencia de Cuba y crear las bases de la futura república para “un pueblo nuevo y de sincera democracia” y era necesario impedir cualquier manifestación oportunista.

El alcance independentista y unificador del pensamiento martiano quedaba plasmado desde el primer artículo de las bases del partido. “El Partido Revolucionario Cubano se constituye para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico”.

La organización de la Guerra Necesaria, “generosa y breve” concebida por Martí, requería vigilancia y cuidados extremos. La Revolución no podía presentarse entonces como interés particular de un grupo determinado, ni el afán de alguna agrupación militar o civil. Tampoco el empeño reductor de una clase o raza.

El Partido Revolucionario Cubano surgía entonces aquel memorable 10 de abril de 1892 con la intención además de impedir el estallido de la guerra “como empresa personal que mueva a celos a los rivales descontentos”.

Más allá de cualquier interés individual manifiesto por cualquier grupo o caudillo, Martí conocía ya de las criminales ambiciones imperialistas que se cernían sobre la Patria. Para entonces advertía a Gonzalo de Quesada.

“Sobre nuestra tierra, (…) hay otro plan más tenebroso que lo que hasta ahora conocemos y es el inicuo de forzar a la Isla, de precipitarla a la guerra, para tener pretexto de intervenir en ella, y con el crédito de mediador y de garantizador, quedarse con ella. Cosa más cobarde no hay en los anales de los pueblos libres: ni maldad más fría”.

Con mayor razón luchaba Martí para impedir que imprudentes acciones de las partes cubanas justificaran la presencia indeseada del voraz imperio.

Una vez creada su estructura organizativa, fundó Martí el Partido Revolucionario Cubano, precisamente en la fecha gloriosa que 23 años antes los cubanos firmaron la primera Constitución de la República de Cuba en Armas en la manigua redentora.

El incansable esfuerzo organizativo, la prédica esclarecedora y movilizativa alcanzada a través de las páginas del periódico Patria y las incontables reuniones con la emigración y los clubes independentistas, hicieron la obra.

La consecución de los fondos necesarios para la compra de armamentos y demás pertrechos, la movilización de las fuerzas y la jefatura militar de la contienda, la definición de la estrategia para el inicio de la Guerra Necesaria fue posible con el decisivo desempeño del Partido dentro y fuera de Cuba. El 24 de Febrero de 1895 reinició la lucha por la independencia al llamado histórico del PRC.

A pesar del ingente esfuerzo del Partido fundado por Martí y la gloriosa campaña de las armas cubanas, caídos en combate el Apóstol y el Titán de Bronce, el ejército de los estados Unidos intervino en la guerra. Depuestas las armas mambisas tras la ocupación norteamericana, Tomás Estrada Palma, disolvió el Partido en abierta actitud entreguista frente al ambicioso adversario del pueblo cubano.

A 132 años del histórico acontecimiento, el Partido Comunista de Cuba, vanguardia de la nación cubana, conduce al pueblo frente a la criminal agresión del mismo enemigo advertido por el Apóstol. Como en los días de Martí, en la unidad de los cubanos se sustenta el triunfo de nuestro pueblo. (ALH)
TV YUMURÍ