Tacheles Gallery de Berlín, de grafiteros a sala de exposiciones

 El centro cultural alternativo más famoso de la capital alemana, el icónico Tacheles de Berlín, pasó de ser un edificio de grafiteros para ocupar una sala de exposiciones a cargo del célebre museo Fotografiska.

Habitado por artistas y grafiteros durante más de 30 años (de 1990 y 2021), el Tacheles alemán se reconvierte ahora en una pinacoteca de la mano del Fotografiska, con sede en Estocolmo y sucursales en Nueva York, Shanghai y Tallin, capital de Estonia.

El presidente de Fotografiska Berlín, Yoram Roth, afirmó que no se reciben, por parte de la galería, subvenciones, loterías ni donaciones.

No podríamos vivir tampoco nada más de la venta de entradas a las exposiciones, nos mantenemos nosotros mismos por un lado, y por el otro, gracias a la hostelería, agregó.

Con nuestro planteamiento queremos aportar un soplo de aire fresco al panorama museístico berlinés y, lo más importante, que sea tan abierto como el viejo, el museo más abierto de la ciudad, subrayó Roth, afincado anteriormente en Nueva York, quien es, además, Dj, fotógrafo, coleccionista de arte e inversor cultural.

El objetivo es convertir al nuevo Tacheles en escaparate de los mejores fotógrafos del mundo, precisó.

Fotografiska Berlín aspira a convertirse en un lugar donde conocer a alguien o pasar tiempo con los amigos mirando arte. Eso nos hace únicos, explicó el artista.

El otrora ruinoso edificio de siete plantas se transformó ahora, sin cambiar su esencia, en un complejo con bares, un restaurante, un salón para eventos y hasta una panadería, resaltó.

Todo ello para financiar las exposiciones, abiertas por esa razón hasta casi la medianoche, para que los visitantes combinen la visita con una cena o una copa, añadió Roth.

Como parte de recuperar viejos edificios una zona urbana imprescindible de esta capital, se comenzaron a remodelar dichos inmuebles, aunque con el toque natural, apreció, porque aunque estén ruinosos, si son de interés o están arraigados en la memoria colectiva, no se demuelen, sino que se renuevan abriéndose a nuevos usos sorprendentes y sostenibles, relató.

Ahí está la majestuosa Elbphilharmonie de Hamburgo, el Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires o el gran hotel construido en Canfranc (Huesca), señaló.

Tras muchos intentos fallidos, en 2012 el antiguo grafitero cambió su imagen, llegaron los inversores, el arte rebrotó y en 2023 el Fotografiska desembarcó en los cinco mil 500 metros cuadrados de un Tacheles renovado por el diseñador alemán Werner Aisslinger.

En su nueva estructura aparecieron modernos edificios con oficinas, 275 pisos y locales comerciales, un supermercado, la fábrica de porcelana Königliche Porzellan-Manufaktur y una sala de exposición de Porsche.

Con un horario de apertura prolongado, existe la posibilidad de llegar a los escolares y a todos los berlineses para que se conviertan en visitantes asiduos y con exposiciones -un total de 14 al año- de rápida rotación.(Prensa Latina)