Celeste, mucha Celeste

Hace hoy 25 años murió en La Habana Celeste Mendoza (Santiago de Cuba, 1930 – La Habana, 1998), la Reina del Guaguancó. Ese título lo ganó a golpe de ímpetu, gracia y carácter a la hora de interpretar un género que estaba asociado sobre todo a los cantantes masculinos.

Ella tenía el don. Bebió de las esencias de una cultura y la recreó con autenticidad, con pleno dominio de un estilo que estaba ligado a la expresión más popular. Y al mismo tiempo, sin restarle fuerza y hondura, estilizaba ese legado.

Celeste honró el linaje de grandes cantantes cubanas, dueñas del escenario y de la noche, criaturas del espectáculo, personalidades arrolladoras.

Su voz era caudal potente, que no se regodeaba en artificios. Le cantó al amor y al desamor, al triunfo y la caída, a la fidelidad y la traición, siempre pulsando acentos dramáticos, cierto desgarramiento que emergía incluso en la rumba más alegre.

Ese espíritu lo encarnaba en todos los géneros.

Aportó su carisma y sus credenciales interpretativas al repertorio fundamental de la música cubana. Su legado está salvado en numerosas grabaciones, pero sobre todo, late en el acervo de su pueblo, patrimonio compartido.(Portal Cuba Sí)