Registran poderoso rayo gamma que golpeó la atmósfera terrestre

Un rayo gamma sin precedentes alcanzó la parte más externa de la atmósfera terrestre, la ionosfera, reveló una investigación dirigida por instituciones italianas y publicada por la revista Nature Communications.

Participaron del estudio la Universidad de L’Aquila, el Instituto Nacional de Astrofísica, la Universidad de Trento, el Instituto Nacional de Física Nuclear, la Universidad Telemática Uninettuno, la Universidad de Bolonia, la Fundación Bruno Kessler de Trento, el Consejo Nacional de Investigación, la Agencia Espacial Italiana, la Universidad Federico II de Nápoles y la Universidad de Roma Tor Vergata.

Los estallidos de rayos gamma se generan por fenómenos cósmicos violentos, como la fusión de una estrella de neutrones con una gemela o un agujero negro, o por el colapso de una estrella masiva.

El hecho de que un fenómeno de este tipo haya llegado a la ionosfera es importante porque la estabilidad de la atmósfera terrestre desempeña un papel clave en la evolución de la vida en la Tierra y la protege de fenómenos de alta energía, como los rayos gamma, que pueden causar perturbaciones cuando los fotones superenergéticos interactúan con los fotones atmosféricos, haciéndolos cargados eléctricamente.

“Hasta ahora existía la creencia de que este tipo de perturbaciones sólo se producían en la ionosfera inferior”, explica a ANSA Mirko Piersanti, de la Universidad de L’Aquila e Inaf, primer autor del estudio. “Nadie pensaba que afectara también al cinturón superior, que se extiende más allá de los 350 kilómetros de altitud”.

“El descubrimiento se debe a un golpe de suerte: la misión italo-china Cses (de la Agencia Espacial Italiana y China) nos permitió registrar la perturbación en la ionosfera superior justo cuando llegó el estallido de rayos gamma, gracias a un instrumento que mide el campo eléctrico”, prosigue Piersanti.

El investigador dirigió el estudio junto a Roberto Battiston, de la Universidad de Trento, y Pietro Ubertini, Angela Bazzano, Giulia D’Angelo, James Rodi y Piero Diego, del Inaf.

La explosión de rayos gamma conocida como GRB 221009A, que en el momento de su colisión con la atmósfera terrestre en 2022 fue detectada por numerosos satélites, entre ellos el Integral de la Agencia Espacial Europea, se originó a unos 2.000 millones de años luz de la Tierra.

Esto refuerza la idea de que una explosión de rayos gamma producida dentro de la Vía Láctea podría tener consecuencias mucho más graves.

“En el peor de los casos”, señala Piersanti, “también podría destruir la capa de ozono”, es decir, la capa situada a entre 15 y 35 kilómetros de altitud que filtra la radiación ultravioleta perjudicial para los organismos vivos.

Se especula, por ejemplo, que esta podría ser la causa de algunos de los episodios de extinción masiva que se han producido en la Tierra en el pasado.

“Por este motivo, concluye el investigador italiano, “ahora queremos intentar comprender el umbral a partir del cual podría producirse un acontecimiento de este tipo”.(Portal Cuba Sí)