La muestra representa una amplia producción visual de quien también fue un reconocido ensayista y pedagogo, nacido en la más oriental de las provincias de Cuba.
Más de 30 obras componen la exhibición “Acuarelas, dibujos y pasteles”, la cual constituye una selección de obras pictóricas de Boti, intelectual catalogado como una de las voces literarias más importantes de inicios del siglo XX en la isla.
La producción de pinturas de este artista atesora una abundante y casi desconocida actividad de la plástica desarrollada de manera paralela a su literatura, asegura el crítico de arte Jorge Núñez Motes.
En las palabras plasmadas en el catálogo, Núñez Motes destaca que Boti, al nombrar o pintar un sitio, un accidente geográfico, un edificio, lo hace para protegerlo, guardarlo y preservarlo.
Llevarlo a su quinta esencia y en una inusitada demostración de amor por su entorno ofreciendo la posibilidad de acercarse a muchas de las claves de su corpus creativo, desde los muy sintéticos dibujos, las impresionantes acuarela hasta los impensados pasteles, puntualizó el experto.
Boti comenzó a desarrollarse como pintor en Barcelona, fue alumno del Colegio de Vilar alrededor de los 1895 y 1897.
Sus obras en las artes plásticas reflejan fidelidad a un realismo académico que se adscribió, en Cuba, a las líneas trazadas por Sanz Carta y contrapuestas al romanticismo de los Chartrand.
“Acuarelas, dibujos y pasteles”, esta exposición de la Uneac, deviene espacio para apreciar la variada obra pictórica de este poeta.
Paralelamente, en la Sala Arethusa, en la provincia de Guantánamo y en homenaje al 145 aniversario del natalicio del destacado intelectual, la Uneac de ese territorio propone la conferencia “Lo cubano en la obra de Regino Boti”, impartida por la narradora Ana Luz García Calzada.
García Calzada develará en su análisis las influencias que recibió y el entorno donde Boti desarrolló su obra.
Boti (1878-1958) realizó estudios de Derecho y de Filosofía y Letras, se desempeñó como notario público, director de escuela, catedrático y secretario de Junta electoral.
Perteneció a la Academia de Historia de La Habana, a la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz y falleció el mismo año en que entraba a formar parte de la Academia Cubana de la Lengua.
Su obra poética está integrada por “Arabescos mentales” (1913), “El mar y la montaña” (1921), “La torre del silencio” (1926), “Kodak-ensueño” (1929) y “Kindergarten” (1930).
Toda su labor creativa se dio a conocer en connotadas revistas y publicaciones de la época como El Pensil, Oriente literario, El Cubano Libre, Orto, Cuba, América, Revista de Avance entre otras publicaciones periódicas.(Prensa Latina)