El astro argentino Messi ya lleva semanas con su magia en el Inter de Miami, un destino exótico para el más universal de los deportes, y nada garantiza que las otras dos puntas de la terna permanezcan en la inminente temporada en la Ciudad de la Luz, que la acogió ilusionada con la pendiente conquista de Europa, la cual en definitiva nunca llegó.
La situación de Mbappé es conocida, el estelar atacante francés de 24 años no quiere seguir en el PSG más allá de la campaña que el club rojiazul arrancará el sábado con su debut en la Ligue1 contra Lorient, lo que se traduciría en su partida libre (gratis) en 2024, presumiblemente hacia el Real Madrid.
El Qatar Sports Investments y el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, no aceptan la salida sin posibilidades de venta de la megaestrella, quien parece incluso dispuesta a asumir la “sanción” de permanecer en el banquillo parisino.
“Kiki” fue privado de la gira asiática preparatoria y se ha visto obligado a entrenar con los llamados “sobrantes”, futbolistas de los que el club no ha podido salir y que se saben marginados de la plantilla de cara a los venideros torneos.
Mbappé se ha presentado alegre a las prácticas y al encuentro con aficionados, dando la impresión de que resiste a la presión y al ultimátum de: extiende el contrato o acepta la venta en el mercado veraniego señalado hasta el 1 de septiembre.
En este contexto de partida tarde o temprano del campeón del mundo de Rusia-2018 y subtitular de Qatar-2022 con Les Bleus, trascendió esta semana que el estelar brasileño Neymar también quiere irse.
Según el diario L’Équipe, el jugador de 31 años y con contrato hasta el 2025 comunicó el domingo a la dirección de los campeones de la Ligue1 su interés en dejar la Ciudad de la Luz este mismo verano.
Un improbable regreso al Barcelona, posibilidad que no agrada al entrenador Xavi, y una oferta XXL del comprador del momento: Arabia Saudita, comenzaron ayer mismo a inundar los medios y las redes sociales.
Sin embargo, el padre de Neymar aseguró ayer a un medio brasileño que la noticia del deseo de su hijo de abandonar el PSG es “fake news”.
De cualquier manera, en Francia insisten en que la postura del equipo rojiazul es deshacerse del talentoso y muy polémico futbolista, quien se perdió gran parte de la temporada pasada con su lesión de tobillo y navegó por el Sena rodeado de una alegada mala relación con Mbappé y de críticas por una supuesta falta de motivación.
Así las cosas, las horas pudieran estar contadas para la total desaparición del tridente galáctico que no pudo levantar la copa “orejona” de la Champions, pero no resultará, a priori, tan sencilla la salida, ni de “Kiki” ni de “Ney”, porque pasa por desembolsar demasiado dinero y por la voluntad de los protagonistas del culebrón.
Mientras, el Qatar Sports Investments hace lo imposible para mostrar al recién llegado técnico Luis Enrique que trabaja sin tregua –y con mucho dinero- para dotar al PSG de una nómina capaz de competir más allá de su cómodo feudo, la Ligue1, ganada en nueve de sus últimas 11 ediciones, incluyendo las dos más recientes.
Si bien el Barcelona parece dificultar el arribo de Ousmane Dembélé, considerado aquí una cuestión de tiempo, no son pocos los buenos jugadores que ya aterrizaron en París, entre ellos el prometedor delantero portugués exBenfica Gonçalo Ramos, contrato oficializado anoche.
En semanas previas, los monarcas de Francia confirmaron el fichaje de Marco Asensio (Real Madrid), Lucas Hernandez (Bayern de Múnich) y Kang-In Lee (Mallorca), entre otros.(Prensa Latina)