Acabo de leer que Magaly Bernal, la actriz, la locutora, la radialista, se ha ido. Llevaba enferma varios años, pero era fuerte y su cuerpo resistió, creo, más de lo que muchos imaginaron.
La imagen que comparto fue en Radio 26, el día que la emisora cumplió 60 años… No sé si le dije alguna vez cuánto la admiraba.
Cuando llegué a los medios, Magaly era Magaly hacía rato. Ya ella estaba durita, pero yo la vi siempre igualita, como si los años no pasaran por ella. Siempre delgada, con su sonrisa y sus bufandas.
Magaly era ya un mito, la gran actriz del Conjunto Dramático de Radio 26; la mujer capaz de desdoblar su voz en varios personajes en un mismo espacio, como hacía en el Guije Tinteneo, programa infantil que se mantuvo por varios años en la programación de Radio 26. Pero era también la humorista de Gracias por su risita.
La primera vez que la vi fue en una fiesta del Periódico Girón por un aniversario, creo, en noviembre de 2001. Domingo Orta, mi director entonces, la invitó y ella hizo de las suyas, con esa gracia que la caracterizaba.
Cuando me fui a Radio 26 en 2005, allí estaba Magaly, siempre con Xiomara Fernández. Juntas hacían un dúo profesional respetable en todos los sentidos.
De ella tengo algunos recuerdos hermosos que hablan de su humildad. Cuando empecé en la radio, se me acercó varias veces para aconsejarme cómo colocar mi voz, cómo leer, la importancia de las pausas…
El estudio Dramático en Radio 26 está al lado del Informativo y ella se colaba en los recesos y nos oía mientras grabábamos nuestras informaciones.
Yo apenas tenía 26 años y aunque había sido locutora pioneril, venía de la prensa escrita, llena de vicios y con una voz de pito del carajo.
Ella no imaginaba cuán reconfortante era para alguien que empezaba en el medio recibir consejos de alguien a quien admiraba tanto.
Pero no era solo el consejo, sino el cariño con que lo hacía y la humildad, esa que falta a veces a otros mediocres.
Varias veces me dio sus apreciaciones sobre mis comentarios, que siempre han sido bastante críticos, en los medios y en las redes. Yo la escuchaba, tomaba nota, y de paso me enorgullecía de que ella oyera mis cosas.
La vi también reclamar justicia y levantar su voz por amor a la radio en muchas reuniones. No era gente de medias tintas. Magaly decía las verdades de frente y en lengua directo. No le temblaban ni la voz ni las manos.
Creo que una de las últimas cosas que la ví hacer (personalmente) fue grabar la voz para un radiodocumental sobre la vida y obra de Jorge Luis Valdés Rionda. Fue la tesis de graduación de Ángel Darian Santacruz Quevedo y yo era su tutora.
Ya yo estaba al frente de la Upec y me había alejado un poco de la radio, donde estuve 10 años de mi vida, así que ya no veía tanto a Magaly.
Cuando le dije a Ángel que iba a hablar con Magaly, él creyó que tal vez iba a ser difícil; pero no; Magaly accedió enseguida y tuvo la paciencia para cumplir las expectativas de un joven sin experiencia en la radio.
Recuerdo que tuvimos que grabar en el estudio de Voces y allí no había aire, o no funcionaba. Ella no solo no se quejó, sino que ayudó un poco a dirigir ese radiodocumental en el cual su voz es el hilo conductor.
Magaly también sirvió de locutora alguna vez en el programa El Familión, ese que escribí por 10 años. En realidad, ella hizo en la locución todo lo que hizo falta en cada momento.
Magaly, la Premio Nacional de Radio 2018, nunca se fue de Matanzas… Siempre se quedó en su Dramático, en su Radio 26.
Y, no sé… quizás sea un atrevimiento mío. Sé que ese conjunto lo creó el gran Armando Soler (Cholito) y que han pasado otros grandes, pero, ¿sería muy disparatado proponer que ese Conjunto Dramático de la radio en Matanzas se llame Magaly Bernal Hernández?
( perfil personal de Facebook de la periodista Yirmara Torres)