Ante la representante Especial de Noruega para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Hilde Haraldstad, el primer ministro Mohammad Shtayyeh instó a detener la impunidad israelí contra los palestinos, incluido las incursiones diarias del ejército, detenciones, ejecuciones extrajudiciales y las intrusiones en los lugares sagrados.
Shtayyeh denunció las brutales políticas coloniales y de apartheid del actual gobierno de Tel Aviv, destinadas a arruinar la vida de los palestinos y acabar con su presencia.
Al mismo tiempo, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados expresó su total descontento con el silencio internacional con respecto a los crímenes israelíes contra el pueblo palestino ocupado.
La cancillería rechazó la emisión de declaraciones, expresando preocupación que no tienen ningún efecto, mientras el ente israelí procede a demoler las casas de los palestinos bajo débiles y escasas razones.
En este contexto, las autoridades sionistas prosiguen con la aplicación de medidas unilaterales para adueñarse de tierras en beneficio de la construcción de asentamientos ilegales.
Más de 700 mil israelíes viven en asentamientos coloniales supremacistas exclusivos para judíos en Jerusalén Este y Cisjordania ocupadas, en violación del derecho internacional.
De acuerdo con la agencia Wafa, el número de colonos casi se triplicó desde los Acuerdos de Oslo de 1993, cuando el número de estos se estimó en 252 mil y las comunidades ascendieron de 144 a 515 en la actualidad.
Hasta el 29 de mayo último, las fuerzas israelíes mataron a 112 palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Este; además de causar heridas en 409 ciudadanos, de ellos 41 niños, precisó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.