Cuba controla zona de estadísticas en Clásicos Mundiales

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Como si tuviese la receta para esparcir el aroma de su béisbol y pese a los descalabros en los últimos tiempos, Cuba posee hoy un dominio abrumador entre los líderes individuales de los Clásicos Mundiales.

Ni la ausencia de un título, ni la participación de la realeza de la disciplina impiden que exponentes de la isla caribeña encabecen algunos de los más importantes acápites del juego, después de computarse las estadísticas de las cuatro ediciones organizadas.

Sin dudas, el jardinero -todavía en activo- Frederich Cepeda deviene protagonista especial, gracias a sus reinados en materia de hits (32), carreras impulsadas (23) y anotadas (19), además de dobles, igualado con el canadiense Justin Morneau (ocho).

Tales dígitos convierten al ambidiestro Cepeda en el bateador más estable en la historia del principal certamen entre naciones, de ahí que sus seguidores lamenten todavía su no inclusión en la escuadra de la mayor de la Antillas para la cita prevista desde este 8 de marzo.

La isla también alcanza relevancia con el dominio de Yoenis Céspedes (tres) en triples y Alfredo Despaigne (siete) en jonrones, ambos exestrellas de las Grandes Ligas de Estados Unidos y el circuito profesional de Japón, en ese orden.

A sus 36 años, Despaigne, actual capitán del equipo Cuba, buscará reafirmarse en la cima del listado, tras conectar un cuadrangular en 2009, tres en 2013 e igual cifra en 2017. No obstante, tendrá la oposición de Miguel Cabrera (Venezuela), igualado en el segundo puesto con seis, junto al propio Cepeda.

En tanto, Céspedes, ex de Atléticos de Oakland, Medias Rojas de Boston, Tigres de Detroit y Mets de Nueva York, regresará a los terrenos luego de una lesión que lo afectó al final de la temporada 2022-2023 de la Liga Dominicana.

Todas sus conexiones de tres almohadillas llegaron en 2009, y es seguido por los venezolanos Grégor Blanco y Endy Chávez, Akinori Iwamura (Japón), Gift Ngoepe (Sudáfrica) y Jimmy Rollins (Estados Unidos), con dos per cápita.

A los cubanos se les escapan estadísticas ofensivas tradicionales como partidos jugados y veces al bate, en las cuales brilla con luz propia otro exponente latino: el puertorriqueño Carlos Beltrán (28-95).

En cuanto a las bases robadas, el liderato lo comparten tres bólidos: el japonés Tsuyoshi Nishioka, su coterráneo y futuro miembro del Salón de la Fama Ichiro Suzuki, y el estadounidense Jimmy Rollins, con cinco.

Según los datos oficiales del torneo, todas las “estafas” de Nishioka fueron en 2006 –récord absoluto-, mientras cuatro computan Beltrán y Javier Báez (Puerto Rico), Yasuyuki Kataoka (Japón) y Randolph Oduber (Países Bajos).

Un nombre acapara las miradas en materia de pitcheo: Daisuke Matsuzaka. El nipón comanda las casillas de aperturas (seis) –empatado con el quisqueyano Edilson Vólquez-, éxitos (seis) y ponches (23).

Justamente, su coterráneo Yu Darvish (20), actual lanzador de los Padres de San Diego, tiene ante sí la oportunidad de asumir la punta, ya que será uno de los abridores de su país en la cercana edición. Vólquez igual exhibe dos decenas de retirados por la vía de los strikes.

Cuba vuelve a adquirir protagonismo en cuanto al promedio de carreras limpias, ya que todavía sus parciales recuerdan el desempeño del derecho Yadel Marti (0.00 en 12.2 innings) en la versión fundacional de la justa de marras, si bien la efectividad dependa de los innings y la cantidad de choques efectuados.

Mientras, el experimentado Fernando Rodney (Dominicana) encabeza los salvados, después de su actuación perfecta de 2013, cuando salvó en siete ocasiones. Fernando Cabrera (Puerto Rico) y Francisco Rodríguez (Venezuela) van detrás con cinco cada uno.(Portal Cuba Sí)