Cuidar nuestra salud mental forma parte del autocuidado personal más allá de cualquier prejuicio. En la actualidad el aumento de trastornos asociados como la ansiedad o la depresión han aumentado en más de un 30 por ciento en América Latina y El Caribe, especialmente en adolescentes y jóvenes, de hecho, en varias naciones del área se estima que aproximadamente entre el 20% a 25% de los jóvenes tendrán trastornos de salud mental cada año.
Aunque cada vez son más quienes destierran los mitos y hablan abiertamente de sus conflictos internos, sus miedos y necesidades, incluídas figuras públicas y artistas a nivel mundial, abordar el tema continúa siendo hoy en día un tabú, que se acompaña en muchas ocasiones de la discriminación y el estigma hacia quienes experimentan estos padecimientos.
Sobre el tema, a propósito de celebrarse el 10 de octubre el Día mundial de la Salud Mental, dialogamos con la psicóloga Lena Alonso Triana.
- ¿Cómo crees que se comporta en hoy en día la atención a la salud mental desde edades tempranas?
“En nuestro país la Salud Mental y el bienestar psicológico es un objetivo esencial del Ministerio de Salud Pública. Para lograr sus objetivos cuenta con servicios especializados que abordan la atención de la población en todas las etapas de la vida teniendo en cuenta los diferentes grupos etarios, sus características, necesidades, así como a las familias como grupo, considerando el nivel de influencia que estas ejercen en las edades tempranas.
“La atención a la salud mental en esos casos, representa una prioridad. Se aboga por el bienestar integral de cada menor, como derecho insoslayable y la exploración en cada etapa, forma parte del quehacer de las instituciones educativas en los diagnósticos socio psicológicos que realizan, donde la escuela, juega un papel esencial .
“Hacer alusión a la salud mental desde la niñez y la adolescencia y la importancia que reviste el tema para nuestro país nos lleva a visualizar el accionar reciente de nuestros colegas en situaciones de impacto psicológico y etapas vulnerables ante situaciones de desastre, como el caso del incendio en la Base de Supertanqueros, donde muchos niños vivieron incertidumbre, angustia o temor. Algunos de ellos fueron trasladados a lugares seguros, y allí estuvieron nuestros psicólogos trabajando, así se hace hoy en Pinar del Río, donde la salud mental y el quehacer desde la cultura, el arte, junto a los profesionales del sector han estado presentes. Cada una de estas situaciones traduce la importancia que reviste el tema hoy en día. Creo que la salud mental y el quehacer de nuestros profesionales expone hoy un trabajo sostenido, que toma como eje central al individuo y su bienestar”.
- En su experiencia ¿cuáles son las afecciones más comunes?
“Las afecciones más comunes se relacionan muchas veces con un mal manejo familiar, de determinadas situaciones, que se expresan en el rechazo escolar, trastornos del sueño, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). La ansiedad (temores o preocupaciones) y los trastornos conductuales, son algunos de ellos. La familia juega un rol esencial en el manejo y tratamiento. Asimismo las orientaciones dentro del entorno escolar deben estar dirigidas a cada una de las formas de socialización donde se desarrolla e interactúa el niño, teniendo en cuenta que los niveles de influencia que estas ejercen. La manera en que se expresan pueden incluir dificultades en la forma en que juega, aprende, habla y actúa el niño o en cómo maneja sus emociones. Por lo general, los síntomas comienzan en los primeros años de la infancia, aunque algunos de los trastornos pueden aparecer en la adolescencia”.
- Existen en nuestra sociedad algunos estereotipos y prejuicios en torno a las personas que buscan este tipo de tratamientos, ¿Cómo cree que se pueda frenar el estigma y discriminación que sufren estás personas?
“La ciencia psicológica ocupa un lugar muy importante en nuestra sociedad, espacio alcanzado desde el quehacer de nuestros profesionales de la Salud Mental, y su inserción no solo desde el punto de vista clínico sino también social en las comunidades. Esto ha permitido, desterrar creencias, mitos, estigmas o estereotipos sobre la búsqueda de ayuda psicológica y lo que ello representa para la calidad de vida del sujeto.
“En este sentido, la resistencia a buscar ayuda o tratamiento, pudiera expresarse muchas veces ante la falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas. Buscar ayuda psicológica hoy ante preocupaciones, temores, o la presencia de síntomas que provocan malestar es común y se torna necesario. Asimismo los padres con frecuencia se dirigen a consulta para ser orientados sobre determinados temas y su adecuado manejo, lo cual legítima el papel de los profesionales de la psicología, y articula un vínculo importante con la sociedad”.
- Háblanos de la importancia de cuidar la salud mental desde edades tempranas más allá de estos mitos
“Una buena salud mental durante la infancia es esencial para el desarrollo del niño y para que logre desarrollar su potencial completamente. Para ellos es importante dotar de recursos y herramientas a los padres en su manejo. De una buena salud mental en la infancia depende la capacidad del niño para poder experimentar, regular y expresar sus emociones.
“La buena salud mental infantil también es sinónimo de un buen desarrollo social y emocional, el establecimiento de relaciones positivas con ellos mismos y con quienes los rodean resulta vital. La familia debe potenciar en los niños estas conductas de manera efectiva. Por ejemplo, algunas propuestas podrían ser establecer (con ayuda de los hijos) rutinas en las que se realicen actividades lúdicas que sean de su interés; enseñar y practicar la constancia en la realización de ejercicio físico, que además de fortalecer el cuerpo y la mente, también potencia los vínculos con los demás miembros de la familia. De igual forma resulta vital la motivación, un simple “bien hecho” o una recompensa pequeña podrá demostrarles todo lo que valen y la importancia de sus acciones. Por otra parte establecer horarios y buenas estrategias didácticas de aprendizaje resulta favorecedor, los niños deben reconocer en qué momentos deben estudiar o hacer tareas del hogar y en qué otros pueden relajarse. Por último establecer un vínculo permanente con la escuela, responder a sus necesidades psicológicas contribuirá sin dudas a su salud, desarrollo y bienestar.