La población cubana envejece a pasos agigantados. Unión de Reyes es el tercer municipio más longevo del país y el primero en la provincia matancera. Es por esto que los cuidadores familiares cada vez son más importantes en las personas de la tercera edad.

La función de la cuidadora familiar consiste en asumir el cuidado personal, la vigilancia permanente, la ayuda psicológica y otras actividades domésticas, con el apoyo de otras personas del grupo familiar.

En Cuba, la tarea, aunque la asumen de manera solidaria, implica un desgaste físico y psicológico. La desempeñan las mujeres mayoritariamente y hasta estos momentos no es reconocida legalmente y en la sociedad representa solo una labor natural para las féminas.
El Código de las Familias vigente en 1975 explica sobre las personas bajo cuidado, pero no a las cuidadoras.

Los artículos 414 y 415 del Código Familiar que se encuentra en proceso de consulta popular detalla los deberes y derechos de los responsables de ancianos, discapacitados y adultos mayores.

Entre los derechos establecidos en el folleto encontramos: conocer el diagnóstico médico de la persona que cuida y lo relacionado con los padecimientos; recibir formación para realizar el cuidado de forma óptima y contar con el tiempo necesario para aprenderlo; dedicar tiempo para realizar actividades que no incluyan a su familiar, así como el reembolso o la restitución, conforme a las normas del Código Civil, por los gastos o erogaciones que asuman con su propio patrimonio en el cuidado del familiar.

Por otra parte, tienen el deber de facilitar las decisiones, la inclusión y la participación social de la persona que cuida y no utilizar en beneficio propio los recursos patrimoniales que disponga.

En el nuevo Código de las Familias todos tenemos derechos porque abarca a todas las personas en la sociedad. Aprobémoslo…

Roxana Valdés Isasi, estudiante de Periodismo

(Radio 26)