Lili tiene más de 40 años, y aun la naturaleza no la bendice con la llegada de un retoño para que junto a su esposo completen la felicidad.
Abortos espontáneos, inseminaciones sin lograr, inyecciones intrauterinas, tratamientos con técnicas asistidas todo ha sido en vano. Pero Lili no pierde las esperanzas de tener a su hijo.
Hay millones de mujeres en nuestro país, que como Lili, no llegan a consumar un embarazo, pero hoy ella ve una luz al final del túnel, porque con el nuevo Código de las Familias tendrá la posibilidad de procrear a través de una gestación solidaria.
Esta propuesta se basa en apoyar a las mujeres que en verdad no puedan engendrar, se tendrá en cuenta que no medie ningún interés material y que la portadora del vientre solidario sea otra mujer con grado de consanguineidad o vínculo afectivo.
Para llevar a cabo este proceso el permiso será concebido por un tribunal especializado en temas de familias. También se tendrá en cuenta no poner en peligro la vida de las personas involucradas que se someterán a un chequeo médico y sicológico antes del proceso.
La ley de asistir a un vientre solidario ayuda aquellas parejas del mismo sexo o no a tener descendencia por lo que para lograrlo deben estar de acuerdo ellos y la mujer que asumirá la maternidad.
Añade el texto que es de obligación legar dar alimento al concebido, o sea, al niño o niña que se está gestando y la compensación de los gastos que se generan durante el embarazo y el parto.
Así mismo especifica el Código de las Familias, tiene como uno de los requisitos que la futura gestante no aportará su óvulo, solo el vientre, salvo que asuma la maternidad como parte de de una relación familiar multiparental.
Por lo tanto para llevar a cabo la gestación solidaria y asumir tal responsabilidad debe primar el amor, los afectos y la solidaridad hacia ese futuro niño o niña que será concebido por una mujer que después no será su madre.
Ahora Lili y su esposo están informados y preparados para asumir este proceder, su hermana Raiza será la portadora del vientre, pero para ello hay que esperar que los cubanos den el sí al nuevo Código de las Familias.
(Radio 26)