En una valoración de la actualidad de la nación precisó que la economía está en una situación muy tensa, excepcional y con todas las complejidades que incorpora el bloqueo recrudecido de Estados Unidos, al cual hay que sobreponerse y encontrar los caminos, las vías para sobrevivir y desarrollarnos.
Pese a ello los resultados de enero y las proyecciones de febrero y marzo apuntan a la consolidación de la recuperación gradual, por lo que el país mantiene en 2022 una estimación de crecimiento del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto.
Gil compareció la víspera en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda donde destacó que también se avanza en la ampliación y el perfeccionamiento del sector no estatal, con la incorporación de nuevos actores económicos (ya suman casi dos mil las micro, pequeñas y medianas empresas aprobadas).
Sobre esas organizaciones precisó que deben contribuir a dinamizar la economía a partir de encadenamientos productivos y la competencia, al tiempo que aludió a la necesaria transformación de las empresas estatales, que a pesar de avanzar en la implementación de las medidas dispuestas para su desarrollo, aún no alcanzan los niveles deseados.
El también titular de Economía y Planificación se refirió al impacto de la inflación en la vida económica y social de los cubanos, fenómeno que solo será posible contener y solucionar con el aumento de la oferta de productos y sin dejar de priorizar y atender a la población y los sectores más vulnerables.
Aclaró que aunque no hay posibilidades reales de resolverlo a corto plazo lo que toca es avanzar en el incremento de la producción, y priorizar los renglones que van directamente a la oferta como alimentos y artículos de aseo.
Rechazó que las soluciones a la inflación sean el incremento salarial, topar los precios, llenar los mercados de productos importados porque el país no tiene divisas para eso por el alza de los precios internacionales, y mucho menos promover un mercado de dólares por el Estado para contrarrestar el ilegal.
De lo que se trata es de buscar una contención sin medidas que drenen los recursos de la economía y dejar de proteger a las personas de mayor vulnerabilidad, para las cuales la inflación es una mayor presión para adquirir sus bienes básicos.
En su intervención ratificó que la creación de una red de tiendas en moneda libremente convertible no constituye una medida popular, pero se trata de una cuestión excepcional y no se puede prescindir de ella hasta que la economía de la nación se recupere, luego de una caída del 13 por ciento del Producto Interno Bruto el pasado año.
El vice primer ministro aseguró que el país logró captar divisas para inyectar efectivo en las empresas y mantener las producciones nacionales, garantizar los niveles de empleo, mantener la oferta en pesos cubanos, adquirir combustibles e insumos para el enfrentamiento a la Covid-19 y recuperar la confianza de proveedores.