La estimación más reciente de ese organismo especializado de la ONU sobre la producción en el orbe el año pasado se incrementó en 2,1 millones de toneladas en el segundo mes, para un total de dos mil 793 millones, equivalentes a un aumento interanual del 0,8 por ciento.
La mayor parte de la variación de febrero respondió a una producción superior a la prevista en Argentina y en Australia, junto a un ligero aumento de las estimaciones en tal sentido en Rusia y en Ucrania.
Está previsto que la producción mundial de trigo marche a la par con la de 2020, mientras que la de cereales secundarios será un 1,3 por ciento más abundante y la de arroz aumentará un 0,7 por ciento, destacó la FAO en una nota informativa.
De igual modo, para el actual año ese organismo calcula una ampliación de las plantaciones de trigo a escala mundial, a partir de mejoras meteorológicas por lo general favorables en el hemisferio norte; pero señala que los elevados costos de los insumos podrían desalentar una ampliación mayor.
Acorde con la FAO, las perspectivas para el maíz son halagüeñas, pues los precios elevados apuntan a una siembra sin precedentes en Argentina y en Brasil.
Asimismo, se estima que la utilización mundial de cereales en 2021-2022 aumentará un 1,6 por ciento interanual, pese a una revisión a la baja de 4,5 millones de toneladas desde diciembre, efectuada casi exclusivamente en relación con el uso como pienso.
Ello supone una probable disminución de la relación entre reservas y utilización de ese producto a nivel global, la cual se ubicaría en un 28,7 por ciento, es decir a un nivel algo inferior al del año anterior, pero todavía desahogado desde una perspectiva histórica.
En cuanto al comercio mundial, el ente de la ONU en su último informe pronósticó unos 481 millones de toneladas, que representan un alza del 0,4 por ciento, comparado con el ejercicio comercial anterior y un nivel sin precedentes.
Ello responde, apuntó, a las expectativas de un aumento del 2,0 por ciento en el comercio mundial de trigo y de casi el 4,0 por ciento en el volumen de arroz comercializado a nivel mundial, todo lo cual compensa con creces la contracción del 1,5 por ciento prevista para los cereales secundarios.