Con la presencia del miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Primer Ministro de la República, Manuel Marrero Cruz, comenzó este lunes a transcurrir el Año Judicial en el país durante una ceremonia en la sede del Tribunal Supremo Popular.
Marrero Cruz destacó el impacto de los magistrados cubanos en los imaginarios populares y aspiraciones sociales de justicia de la Revolución, influidos estos por la reconfiguración del panorama legislativo de la nación.
Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del PCC y jefe de su Departamento Ideológico, estuvo también en el encuentro, al igual que integrantes del Consejo de Estado, diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y las máximas autoridades vinculadas al Derecho en Cuba.
En el discurso de inaguración, Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular, recordó que los tribunales de justicia tramitaron durante el pasado año 138 mil 380 asuntos y, de ellos, concluyeron 123 mil 662, lo cual equivale a un aproximado de 89,4% de resolución.
Añadió que en el mismo período, los órganos jurisdiccionales dieron cumplimiento a 60 mil 811 sentencias firmes, de las cuales ejecutaron 55 mil 391, para el 90,9% del total.
Reconoció la existencia de mil 752 procesos con retraso de tramitación, así como demoras en el cumplimiento de 831 sentencias dictadas en 2021.
El titular del Tribunal Supremo Popular ratificó el acuerdo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, mediante el cual la institución jurídica rendirá cuentas ante el Parlamento en su próximo período ordinario de sesiones.
En lo referido a la crisis de la pandemia del nuevo coronavirus, especificó los notables avances del organismo en cuanto a los medios de interacción con la población, la tramitación digital de los expedientes procesales, la utilización de la videoconferencia en los actos judiciales y la interoperabilidad con otras instituciones implicadas en la administración de justicia.
La Apertura del Año Judicial es un suceso común en la mayoría de países del mundo y esta tradición se mantuvo vigente en Cuba hasta principios de la década de los 70 del siglo pasado.
La iniciativa resurgió en 2019 en función de instituir un momento de visualización social y de transparencia en la labor judicial, según especialistas en la materia. (Cubasí)