Como se ha informado el béisbol cubano será declarado Patrimonio Cultural de la Nación el próximo 19 de octubre, en la Jornada por la Cultura Cubana.
Para los matanceros constituye un verdadero regocijo y honor que el acto solemne de declaración se efectúe en nuestro estadio Palmar de Junco, Monumento Nacional, el más antiguo en activo en el mundo.
Es un homenaje a un deporte que es parte de la idiosincrasia del cubano y de su cultura, de la historia del país.
En el Palmar de Junco se formaron innumerables jugadores de nuestro deporte nacional que constituyen ejemplo de calidad deportiva y ciudadana, como son los casos, entre los más nombrados, de Martín Dihigo y José de la Caridad Méndez.
Es además, un reconocimiento a los historiadores matanceros que siempre han abogado porque en sus áreas radique el Salón de la Fama del Béisbol Cubano y permítanme mencionar a hombres como Wenceslao Gálvez, Bonifacio Byrne, Israel Moliner, Josè Mauricio Quintero y Almeida, José M. Cuétara, José Manuel Dávalos y los más recientes que han entregado su entusiasmo a esta causa como Reynaldo González Villalonga, Alfredo Santana o Elena González y su grupo de apoyo en el Salón de la Fama Palmar de Junco.
Constituye, además, un regalo al aniversario 328 de nuestra querida ciudad de Matanzas, sede de innumerables acontecimientos culturales y deportivos desde el siglo XIX.
Es ampliamente conocido el aporte cultural en aquellos años de la bien llamada Atenas de Cuba, algo que la marcó para la posteridad.
Espontáneamente, junto a ese movimiento de poetas, escritores y artistas surgieron las primeras actividades de índole deportivo, en las que sobresalía el béisbol con encuentros callejeros desde 1847; el reconocido primer partido internacional entre matanceros y marineros de un barco estadounidense, en 1865; el encuentro entre jóvenes del Comercio de la capital ante un equipo de estadounidenses radicados en Matanzas, en 1867; y el histórico juego entre un equipo de La Habana y el de Matanzas, el 27 de diciembre de 1874, en el que ambos conjuntos salieron a los terrenos del Palmar de Junco, y que es reconocido como el primero oficial de Cuba, por desarrollarse con las reglas existentes entonces, los dos conjuntos uniformados, con árbitro y anotador.
La noticia de ese enfrentamiento fue publicada en los periódicos La Aurora del Yumurí, de Matanzas, y El Artista, de la capital, que incluyeron, además, el primer box score o resumen de juego hecho en Cuba.
Del béisbol en tierra yumurina hay dos hechos muy significativos que no pueden soslayarse: la incorporación de decenas de jugadores matanceros a la lucha por la independencia, de ellos recordemos al campeón nacional Matanzas, de 1892-1893 y el de 1894-1895, que se alzó íntegramente a los campos de batalla contra el colonialismo español, así como la presencia del Miguel Failde y su Orquesta, que amenizaban los partidos que tenían lugar en el Palmar de Junco.
Ya, desde muy temprano, dos símbolos de nuestro país, el Deporte Nacional y el danzón, Baile Nacional, estarían firmemente unidos.
El 19 tendremos un acto de gran contenido patriótico en el querido estadio de la barriada de Pueblo Nuevo. Importante reconocimiento al deporte preferido de los cubanos y a la ciudad de Matanzas, iniciadora en Cuba de este fenómeno social que es el béisbol.
(Por Francisco Soriano Bermúdez)