
El sueño de Leonardo da Vinci, de que el hombre pudiera volar como un ave por sí mismo, no fructificó, pero sus estudios quedaron para la posteridad, los que contribuyeron al desarrollo de la aviación moderna.
El británico George Cayley, considerado el pionero de la navegación aérea y la ingeniería aeronáutica, desde el siglo XVIII, estudió
durante más de 50 años las notas de Leonardo y de otros científicos y en 1796 realizó la construcción exitosa del primer planeador sin
motor en transportar a un ser humano a gran altura.
En Cuba, permítanme recordar, en los años iniciales del siglo XX, tienen lugar los primeros vuelos, pero con motores. El 7 de mayo de 1910, el francés André Bellot fundó estos vuelos en su biplano Voision,
La ciudad de Matanzas sería testigo del vuelo del intrépido aviador Agustín Parlá el 17 de julio de 1913 en su hidroplano. El recorrido
tuvo lugar por toda la hermosa bahía yumurina. El 25 de agosto de ese año, el propio piloto bate la marca de permanencia en el aire en Cuba, al realizar un vuelo sobre Cárdenas y su rada en un planeador sin motor. El tiempo empleado por Parlá fue de una hora y tres minutos.

En la Ciudad Bandera, en enero de 1946, ocurre un hecho único hasta entonces en la aeronáutica nacional, al realizarse un vuelo con un planeador construido por jóvenes locales con maderas del país. La información apareció en el periódico capitalino El Crisol, de la
firma de René Blázquez de la Grana, con el título El primer planeador diseñado y construido en Cuba, vuela sobre Cárdenas:
“En Marzo de 1941, el cardenense Eugenio Hernández Álvarez, termina los cálculos y planos, y da comienzo a la selección y pruebas de las maderas cubanas que se utilizarían en la construcción de este planeador. En Julio de 1941, se comenzó la construcción y fue
terminada, en Noviembre de 1945.

«En Diciembre de 1945, se realizaron todos los vuelos de pruebas requeridos para la obtención de la certificación y licencia otorgada por la Federación de Aeronáutica de Cuba. Eugenio Hernández Álvarez y Pedro de la Fé Flores, fueron los pilotos de pruebas. En Enero de 1946, se le da a conocer a la prensa cubana, todos los detalles de este planeador.
«En el vuelo de demostración, Pedro de la Fé Flores fue el piloto y Eugenio Hernández Álvarez relató a la prensa todo el proceso de este vuelo especial. A la una del día, en la pista de la finca Pilderó, usando una cuerda especial de 1500 pies de largo (traída desde Manila y costeada por Luis Ramírez), y la propulsión de un automóvil Ford conducido por Avilio La Fé, el planeador ascendió a una altura de 800 pies.
«Usando las corrientes termales, el Planeador voló durante 23 minutos, sobre los límites sur de la ciudad de Cárdenas; a 5 kilómetros del lugar de despegue, regresando a este lugar sin perder altura y realizando un perfecto aterrizaje, con el cual se completó el vuelo dedicado a la prensa cubana. Colaboraron en el vuelo Martin Klein, Mario Ajón y Lorenzo Suárez. Este planeador «Primus in Cuba», fue una obra de ingeniería e iniciativa individual cubana y cardenense”.
Quiero aclarar que de ese grupo Martin Klein se hizo destacado piloto y llegó a alcanzar los grados de Capitán de las Fuerzas Aéreas
Revolucionarias. En 1961, cuando sobrevolaba Varadero en cumplimiento de una misión, accidentalmente perece al estrellarse el
avión sobre la zona de Siguapa.
Por esos años la ciudad de Cárdenas comenzó a desarrollar el aeromodelismo –aviones pequeños a escala— con algunos de estos
jóvenes mencionados más la incorporación de Tomás García y Carlos Chávez, ganadores de eventos nacionales.
Por los años finales de la década del 70 del siglo XX construyeron en la Ciudad Bandera el primer y más completo campo de aeromodelismo de Cuba, sede de muchos eventos nacionales e internacionales.
En la ciudad de Matanzas también el aeromodelismo tuvo sus participantes a partir de 1950. Las competencias por esa época las
celebraban en la antigua pista cercana a las Cuevas de Bellamar. Ya después de 1959 otros aficionados continuaron esas actividades, entre ellos, Enrique Suárez, Reynaldo Puig y Juan Manuel Dreke.
Colón fue otra plaza en la que se desarrolló la aviación deportiva y el aeromodelismo bajo la inspiración y apoyo del doctor Mario Muñoz Monroy, el Médico del Moncada. Mario fue piloto de competencias. El 25 de abril de 1945 se inaugura el aeropuerto de Colón con la presencia del precursor de la aviación cubana, Domingo Rosillo, héroe del primer vuelo Cayo Hueso—La Habana. Las palabras de apertura de la instalación estuvieron a cargo de Muñoz, promotor de la construcción de esa pista.
(Tomado de Radio 26)