Los bandos políticos en el Congreso de Argentina están hoy enfrascados, cada cual por su lado, el oficialista por conseguir la aprobación de la reforma laboral, mientras la oposición con el apoyo de los sindicatos por frenarla.
diciembre 15, 2025 | 07:03
En carrera contra reloj, la jefa de la bancada de La Libertad Avanza (LLA) en el Senado, Patricia Bullrich, se esfuerza por asegurar los votos necesarios para darle en ese hemiciclo media sanción al proyecto el cual quiere someter a debate el martes. Ella busca el apoyo de los llamados bloques dialoguistas que controlan gobernadores amigables de la Casa Rosada.
Los tiempos apremian para partidarios y adversarios de la reforma. La vicepresidenta Victoria Villarruel quien funge como titular de la cámara alta convocó para el martes a los jefes de bloques para acordar el armado de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y la de Presupuesto, con lo cual el debate en esas instancias podría comenzar el miércoles.
El gran desafío para LLA es conseguir mayoría aunque mínima con propios y aliados en las dos comisiones para emitir dictamen y convencer a los bloques dialoguistas de la Unión Cívica Radical (UCR), el PRO y los bloques provinciales de acortar la lista de invitados a intervenir y lograr que se
debata en comisiones el anteproyecto miércoles, jueves y viernes.
Con eso quiere impedir que el peronismo exponga un centenar de dirigentes de los distintos sectores sociales para extender el debate de la reforma laboral, según informó a la agencia Noticias Argentinas.
Para lograrlo Bullrich deberá tener asegurados los tres votos del PRO, 10 de la UCR y, por lo menos, tres legisladores de bloques provinciales.
Ahora, la senadora enfrenta un problema: los gobernadores aliados son de origen peronista quienes no querrán enfrentarse a la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) que expresó su total rechazo a la reforma.
Desde el otro bando, el peronismo, que tiene 28 legisladores entre sus respectivos subbloques, busca siete senadores para bloquear la ley laboral, y acuerdos con legisladores de gobernadores del Partido Justicialista, que serán aquellos a los que también intenta convencer el oficialismo de acompañar esta iniciativa.
En una dura advertencia desde el sindicalismo, las reuniones de comisión se harán en medio de masivas protestas de la CGT y las dos Centrales de Trabajadores de Argentina, que convocaron un paro nacional y una marcha para el jueves 18 en la Plaza de los Dos Congresos y en Plaza de Mayo para rechazar la reforma laboral.
Las reformas que más enojan a los sindicatos suelen incluir medidas que debilitan su poder de negociación (convenios por empresa vs. por actividad), reducen sus fondos (aportes solidarios), flexibilizan contratos, limitan el derecho de huelga, aumento del horario de trabajo, limitan la huelga, facilitan los despidos y atacan la personería gremial.
Con esas medidas, el ejecutivo busca reducir la influencia de los sindicatos, como se ve en propuestas recientes en Argentina que generan fuerte rechazo por otorgar derechos absolutos a las empresas.
Otra propuesta que genera rechazo es la de «Salarios por Mérito» y la facilitación de contratos temporales o precarios que son vistos como una amenaza directa a la estabilidad laboral y a la organización gremial, según Mundo Gremial.
Incluso, revoca el Estatuto de Periodistas, un porrazo al periodismo, inaudito que ni en tiempos de dictaduras se aplicó y la eliminación del Fondo para el Instituto Audiovisual que significa un golpe a las instituciones culturales.
(Prensa Latina)

















