Trabajar, con hijo incluído

Apenas asoman los primeros días de julio y ya empiezan a verse los primeros síntomas de que el verano y las vacaciones están ahí, bien cerca. El intenso calor, el olor a agua salada en cualquier esquina, los estudiantes que dan el último aliento para sacar la mejor de las calificaciones y las madres que de la mano traen los hijos a la oficina anuncian la llegada del periodo estival.

Y me detengo en esta última parte. Pues sí, verano y vacaciones en Cuba es sinónimo de romperse la cabeza para ver qué hacer con los niños. Reestructurar rutinas laborales, llamar a la tía o a la abuela para saber si pueden cuidarlos, aunque sea media jornada; solicitar, siempre que se pueda el trabajo a distancia, o simplemente llevarlos al centro laboral son algunas de las alternativas a las que acudimos las madres cubanas en estos dos meses.

Ya sea durante las semanas de receso docente o en las vacaciones de verano, el cuidado de los hijos suele tornarse un tema complejo, sobre todo para quienes no tienen ningún familiar cercano que colabore en esta faena, no puedan pagar una cuidadora o acudir a una licencia no remunerada.

Por eso casi siempre optamos por llevarlos con nosotras al centro de trabajo, aunque la mayoría de las veces no podamos cumplir con lo que normalmente hacemos o tengamos que dejar las cosas a media por estar casi todo el tiempo pendiente de los niños.

Eso sin contar que algunos centros laborales son más peligrosos para los pequeños que otros como las fábricas, lugares donde existen equipos complejos de operar o donde se manejan productos químicos que pueden ocasionar un daño directo a la salud si no se manipulan con el debido cuidado.

Desde hace algún tiempo ir con mamá, y en contadas ocasiones con papá, a la oficina es un clásico de los periodos vacacionales en Cuba. La ineficacia o la ausencia de planes vacacionales en las escuelas para esta etapa deja desprotegidos a los padres trabajadores que sucumben ante la disyuntiva de laborar o hacerse cargo de los niños.

También es un hecho que no se crean condiciones por los centros de trabajo para el cuidado de los menores, ello lo ha señalado en múltiples ocasiones la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la igualdad de Derechos de la Mujer de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Si bien muchas veces para estos períodos se diseñan propuestas atractivas para el disfrute de los más pequeños en diversos espacios culturales y recreativos, se hace imprescindible repensar estrategias como los antiguos planes vacacionales que se desarrollaban en los centros de trabajo, para facilitarles la vida a los padres y proteger y entretener a los más pequeños.

De igual forma los centros laborales deben valorar la posibilidad de quelos padres que cumplan con los requisitos puedan beneficiarse con el teletrabajo o establecer horarios menos rígidos a quienes no disponen de un cuidador para sus hijos.

Llevar a los niños al trabajo casi nunca es una buena alternativa, pues además de exponerlos a ambientes y rutinas inadecuadas para su edad, suelen restarle eficiencia a nuestra jornada. De ahí que desde los centros educativos y los laborales se deban trazar estrategias para no dejar desamparados a los padres trabajadores y a sus pequeños.

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