El eco de un parque

La sonrisa era protagonista en mi rostro al entrar al microzoológico y parque de diversiones “4 de Abril”, y desde el local donde se compraban las papeletas escuchar los sorprendentes sonidos de los animales; una colorida música, mezclada con el ruido de los carruseles y los gritos de los niños, que hoy son hombre y mujeres.

La sonrisa era protagonista en mi rostro al escuchar el rugido del león, al ver los monos aceptar el maní que les ofrecía, al no lograr despertar a los cocodrilos, por muchos palmiches y piedras que a escondidas les lanzaba, al dar la vuelta a la manzana montado en un poni, al contemplar los peces y los flamencos, el enorme huevo del avestruz y las espinas del puerco espín. Allí los minutos eran como estrellas fugaces.

La sonrisa era protagonista en mis rostro, porque papá y mamá me dejaron montar solo en la enorme estrella y las sillas voladoras, en los barquitos y en el trampolín. No quería irme de ese mágico sitio, y sabía que mantener un buen comportamiento era la clave para ir cada fin de semana.

La sonrisa era protagonista en mi rostro al disfrutar los variados espectáculos de los payasos con sus bromas, piruetas, trucos divertidos y la música infantil que amenizaba el momento.

Veinte años más tarde, regreso al mismo lugar y llevo a aquel niño que con sus recuerdos logra completar las piezas que allí ya no están.

 

Author: Leonardo Pérez Mangano