
A pocos metros de su casa queda el Comando de Bomberos 8 en Unión de Reyes. Mirko Fabio González López es pequeño de estatura, y sus sentimientos y amor hacia sus semejantes lo hacen diferente. De la entrega desmedida hacia el oficio de salvar vidas conoce bien este joven bombero voluntario.
“Con apenas tres años comencé a visitar el Comando de Bomberos. Salvar vidas y ayudar a las personas siempre me ha gustado y con el paso del tiempo cada día me enamoro más de la profesión”, comenta.
La destreza en cada tarea asignada, la inteligencia, la vivacidad y el sentido del humor caracterizan a Mirko. Sus palabras son cortas y seguras, y el miedo a las entrevistas lo delata.
Desde los 12 años es asociado. El brillo de sus ojos demuestra el interés del joven en poder ayudar a los más necesitados en los incendios.
¿Cuáles deben ser las cualidades de un bombero voluntario?
“Para ser bombero primeramente tiene que gustarte lo que haces, estar en forma física y mentalmente. Además, ser humano y no tener miedo ante las tareas. Debes saber que todo el tiempo vas a estar en riesgo, en problemas y sobre todo pensar en el bienestar de la sociedad y ayudar a las personas.
“Los bomberos son mi vida y seguiré ahí, son mi otra familia. El Comando 8 es mi segunda casa.”
Con apenas 17 años, el unionense con raíces en el poblado de Pedro Betancourt cursa el último año de Técnico Medio en la carrera de Mecánica en Matanzas.
¿Cómo combinas el estudio con tu pasión por ser bombero?
“Trato de llevar las dos cosas a la vez. Por la mañana estudio y por la tarde me ocupo de las cosas de los bomberos. Sobre todo entreno para estar preparado, los ayudo y mis compañeros me trasmiten sus experiencias.
“Ser bombero voluntario significa mucho. Soy el más joven y cada día aprendo algo nuevo. Mis colegas me preparan para la vida, para el futuro.”

Para Mirko salvar vidas es todo un riesgo, pero también un honor. La disciplina y el valor lo caracterizan, y su tiempo libre lo dedica a hacer ejercicios y a departir con sus amigos.
“Todos los días tengo que ir al Comando. En ese sitio encuentro paz, tranquilidad y adquiero experiencias”, dice el muchacho, quien participó junto a sus compañeros en el control del incendio de pequeñas proporciones en la antigua área de refrigeración de la conocida Tasajera, en Unión de Reyes.
“Fue una experiencia, porque las paredes eran de poliespuma y se produjo un incendio sin llamas, por lo que tuvimos que arrojar bastante agua. No se reportaron daños humanos, y recuerdo que esa tarde cayeron intensas lluvias que ayudaron a sofocar el incendio.”
La voluntariedad de Mirko la aplica además en el Comando 1 de Matanzas, donde colabora en las actividades y aprende de los miembros del equipo. Con orgullo expresa que es el primero de la familia que opta por esta profesión.
“Cuando alcance la mayoría de edad mi sueño es estudiar y convertirme en técnico de salvamento y rescate. Ese es mi mayor anhelo.”
Su celular solo capta imágenes de bomberos. Él dice que constituye un recuerdo para las futuras generaciones. ”Me gusta coleccionar fotos de los diferentes momentos y con el paso del tiempo recordar cada hazaña y reto cumplido”
Muchas horas de sueño y un camino difícil le depara la vida a Mirko. Arriesgar su vida y salvar la de otros resulta su pasión, y su actitud demuestra la grandeza de los jóvenes que aman su trabajo. (ALH)