
La puesta en escena de La otra Orilla, del escritor y dramaturgo Ulises Cala Roger, por Teatro Icarón, adquiere un nuevo aire después de su primer montaje en el 2017, por la expresividad de un lenguaje balanceado entre la poesía y el drama, además de aportar un elenco que contempla el pensamiento de varias generaciones.
Cala -quien visita la ciudad motivado además por el montaje de su pieza La otra orilla, a cargo de Miriam Muñoz y Teatro Icarón– comentó que prescinde en sus textos de las acotaciones, pues prefiere escribir para directores inteligentes y dejarles terreno sobre el cual trabajar.

La obra recrea las actitudes de un grupo de seres humanos que, ante un río lleno de muertos, pretende pasar a la otra orilla para alcanzar sueños y pretendidas verdades que desconocen realmente y que no saben si podrán lograr por su miedo interior a lo desconocido.
Esperan por el barquero, ese Caronte representativo de la muerte que nadie conoce o sabe si existe, pero que les inspira a continuar esperando por lo inalcanzado.
Una vez más Teatro Icarón ofrece una propuesta interesante con recursos mínimos y mucha imaginación, en momentos en que la migración mundial está de moda por las constantes guerra y la miseria de los pueblos.
Quizás es una obra donde se pone a pensar al ser humano en lo mucho que tiene, sin darse cuenta, y que -a veces- piensa en abandonar por sueños que no sabe si se realizarán.