
Cuando la triste partida
nos quiebra el alma, la suerte
se multiplica y la muerte
casi parece la vida.
Chávez vuelve, bienvenida
le da la América en pie.
Otro año que se hace fe,
se hace semilla y nación,
porque en cada corazón
germina el hombre que fue.
Han transcurrido diez años desde que todos, con el corazón estrujado, dimos el último adiós a quien enarbolara para América y el mundo el socialismo del siglo XXI. Un tiempo casi eterno para aquellos que sentimos en lo más profundo su partida.
El Comandante eterno de Venezuela, el amigo de Cuba y hermano de todos los pueblos del continente nos dijo adiós. Ese mismo hombre que no respetaba la distancia diplomática porque le gustaba sentir el calor de su gente.
Y más allá de sus aptitudes e ingenio, de las medidas que llevara a cabo como líder de una nación, cuando se recuerda a Hugo Chávez vienen a la mente aquellas imágenes que han recorrido el mundo… El Chávez hombre por sobre todas las cosas, el amigo, el compañero. Esa parte humana que a veces se suele obviar cuando se trata de los grandes hombres.
Llega otra vez el cinco de marzo, esta vez a diez años de la triste noticia. Un tiempo que no transcurrió en vano. La sabia de su pensamiento tiene ya grandes raíces y emerge, desde el interior de la tierra, para florecer junto a la impronta de Bolívar y Martí.
Hoy recordamos tu partida Chávez, al tiempo que celebramos también el regreso de tu nombre, multiplicado en millones de adultos, jóvenes y niños que como les enseñaste un día, prefieren morir en el intento de lograr para siempre la libertad de nuestra patria grande.