
Entre luces y sonidos la motorizada abría el paso.
Tras ella la caravana de vehículos ligeros. Desde la ventanilla de un taxi, una mano se agitaba para saludar a quienes, a ambos lados de la carretera, les daban la bienvenida. Era el mismísimo Armando Ferrer, director de los cocodrilos de Matanzas, con una expresión de sorpresa y orgullo en el rostro.
Justo frente a la dirección municipal del INDER se detuvieron y mientras la afición trataba de acercarse, hacerse fotos para la historia o estrechar la mano de un grande del béisbol cubano, las autoridades colombinas entregaban como obsequio a Ferrer, la imagen del Comandante en Jefe Fidel Castro.