
Una persona allegada me dice: “Ya me tienen loca con esto del Código de las Familias, es por la mañana, por la tarde y la noche, después hay que discutirlo y seguir hablando de lo mismo”.
No me dejó que le explicara, porque de inmediato vino la segunda andanada: “Siempre se habló del Código de la Familia y ahora dicen de las Familias, no entiendo”, y prosiguió con otras inquietudes.
Me dio un margen para que pudiera hablar. -Le respondo: Tú dices que es por la mañana, tarde y noche y te tienen aburrida, pero parece que no le has puesto interés a nada de lo escuchado. Mira que se ha dicho por qué de las familias y no de la familia, fue mi primera intervención en la conversación.
De las familias porque son muchos tipos de familias y aquí se incluyen todas, de paso le expliqué otra de sus dudas ¿Por qué inclusivo? Seguí mi intervención y le hablé de familias que conocemos ambos, las que difieren en su formación una de otras, ¡y son familias!, entre estas le mencioné una formada por dos lesbianas que por demás conviven con la hija de una de ellas. Por eso se habla de familias y no de familia.
“Pero yo no estoy de acuerdo que se casen dos personas del mismo sexo” Se refería precisamente a la familia que le había mencionado minutos antes. Le señalé que eso es un asunto personal de cada ciudadano de aceptar o no ese tipo de matrimonio y que para ello puede dar su criterio en la reunión de consulta popular y manifestar su inconformidad.
Mira, le digo, ellas viven juntas, hacen vida familiar, ¿qué diferencia hay entre eso y que medie un papel?, prosigo: Nosotros conocemos familias más inmorales que ellas y son de matrimonios tradicionales. El Código de las Familias es inclusivo para proteger a todas las familias que habitan en este país. Te sugiero lo leas, estudies porque tú también vas a formar parte de su aprobación. Luego no te quejes, el momento de opinar es ahora.
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