
Por fortuna, el aparatoso accidente no provocó víctimas mortales en una instalación donde habitualmente entrenaban atletas de disímiles categorías, en muchas ocasiones con afluencia de público. Resultó un alivio en medio de la desdicha.
Aquel evento arruinó la única sala acondicionada para la realización de competencias de varias disciplinas, sobre todo la de baloncesto, en alza en el territorio por entonces.
Muy pronto, un grupo de expertos de la Empresa Provincial de Arquitectos e Ingenieros de Matanzas concibió unos planos para resucitar la sala y erigir, en su lugar, un complejo deportivo más integral y dotado de óptimas condiciones, pero no hubo presupuesto para acometer la inversión.
Con el noble propósito de sacarla a flote, la obra se incluyó, tiempo después, en el programa constructivo por el aniversario 325 de la ciudad, cumpleaños celebrado en 2018; mas tampoco se concretó el objetivo. Los escombros del inmueble tardaron varios años en ser recogidos, un espectáculo desagradable a la vista de todos, y fue hace apenas unos meses que demolieron los elementos constructivos que quedaron en pie tras el desplome.
ESCENARIO DE VERDADERAS BATALLAS
Con capacidad en sus gradas para algo más de 3 000 personas, la sala polivalente fue construida en 1977, cuando la provincia, por primera vez, mereció la sede del Torneo Internacional de Boxeo Giraldo Córdova Cardín in memóriam.
A partir de esa fecha, sirvió como escenario de no pocas lides, pero fue, sobre todo, el espacio que acogió las disputas de la selección masculina de baloncesto de la provincia, que convocaba a tantos aficionados como el mismísimo beisbol. Un recinto donde se libraron verdaderas batallas, recuerdan destacados baloncestistas y seguidores de esa disciplina.
Según versados en el tema, el derrumbe del techo, conformado por estructuras metálicas y losas de Spiroll, ocurrió esencialmente por falta de mantenimiento, y la no sustitución de componentes que denotaban deterioro. Más de 12 años después, los matanceros esperan todavía por el rescate de ese espacio deportivo.
BUENA NOTICIA A LA VISTA
Hace unos días se conoció un proyecto para levantar, al fin, una nueva edificación en el propio escenario, aunque no es la primera vez que se anuncia una tentativa que luego declina con el paso de los días. Parece que esta vez podrá definirse el ya añejo anhelo.
En relación con la construcción de la nueva sala polivalente, el director de Deportes en Matanzas, José Luis Gándara, explicó que se trata de una sede muy práctica, donde podrán realizarse justas de boxeo, voleibol, balonmano, lucha libre y lucha greco, así como de las artes marciales en general y, por supuesto, del gustado baloncesto. Dijo que la inversión se acometerá por etapas y que próximamente iniciarán los trabajos de cimentación.
Con anterioridad, y como parte también del proceso inversionista, realizaron el primer objeto de obra, que consistió en la demolición de los restos del inmueble, precisó. Aclaró que la cancha en proyecto contará con una cubierta metálica ligera y gradas para acomodar en sillas plásticas a unas 2 300 personas.
Adrián Pacheco, director del proyecto para rescatar la sala del Aurelio Janet, y del que también forman parte otros especialistas de la Empresa Provincial de Arquitectos e Ingenieros de Matanzas, manifestó que una de las ventajas de la nueva inversión es que aprovecha los cimientos del anterior inmueble, de significativo valor en estos momentos, comentó.
Con el fin de poder realizar eventos de fútbol sala, la futura cancha será un poco más alargada para alcanzar las medidas oficiales que exige dicho deporte, explicó el especialista, quien alabó la expresión de modernidad del nuevo proyecto, así como la sencillez de su diseño y funcionalidad, compuesto por cierres perimetrales y cubierta ligera de gran simbolismo y factibilidad constructiva.
Ojalá que ningún otro percance demore esta inversión aletargada en el tiempo, para que los amantes del deporte vuelvan a poblar sus graderíos.
Por Ventura de Jesús