
“Alguien me puede ayudar para hacer un papalote de forma de casita…”
Este pedido fue formulado en Facebook el 25 de octubre a las 3:00 de la tarde. Encontrarlo, causa extrañeza, un asombro dulce-amargo al casi sentir ese anhelo ondeando y subiendo multicolor por sobre los cielos enrarecidos de este mundo.
Pero ahí estaba el reclamo, empinándose entre las nubes de Internet, entre tanto mensaje turbio; ratificando que la pureza, la inocencia y cierta simple alegría de vivir siguen siendo posibles.

También por estos días, en la zona de Oaxaca, México, el cielo se ha llenado de papalotes. Una muy añeja creencia, nacida en el Istmo de Tehuantepec, indica que los papalotes guían las almas de los fallecidos en su vuelta a la Tierra para festejar el Día de los Muertos, una de las más importantes tradiciones mexicanas que tiene lugar entre el 1ro. y 2 de noviembre.
También pudiera decirse que el cielo se ha llenado de mariposas, porque en náhuatl la palabra papalotl significa mariposa, mire usted hasta donde llega y se salva la poesía.
Igual les llaman cometes o barriletes. En Venezuela son papagayos; en Chile, volantines; en República Dominicana y Santo Domingo, chichiguas; y en Puerto Rico, chiringas. Aunque aquí en Cuba, un papalote es muy diferente a una chiringa, y sería interesante saber cuántos de los que hoy son niños en esta Isla saben de esas cosas, o han vivido el magnífico disfrute de ver cómo el papalote hecho por sus manos vuela y vuela hasta perderse entre azules y no entre gigabytes.(Portal Cuba Sí)