Alimentos sanos, vida sana

Sintió un rugido interno, como si varios órganos se pelearan a golpes en un ring de boxeo. Enseguida supo que el estómago era el derrotado del combate. Se retorcía de dolor, sudaba, intentaba la avalancha inminente y rezaba en silencio para que aquella guagua se detuviera de inmediato. Pero el vehículo rodaba y rodaba sin intensiones de hacer una parada, y sus gotas de sudor se deslizaban desde la frente y el tornado estomacal se intensificaba.

Author: Marlevys Chávez Herrera