Nuestras seguridades se han derrumbado, nuestro apetito de poder y nuestro afán de control se están desmoronando, indicó Francisco al destacar que nos hemos descubierto débiles y llenos de miedos, sumergidos en una serie de ‘crisis’: sanitarias, ambientales, alimentarias, económicas, sociales, humanitarias, éticas.
Crisis transversales, fuertemente interconectadas y presagio de una ‘tormenta perfecta’, capaz de romper los ‘vínculos’ que unen nuestra sociedad dentro del precioso don de la Creación, afirmó.
Estas crisis, dijo, nos ponen frente a elecciones radicales que no son fáciles y añadió que ‘todo momento de dificultad encierra, de hecho, también oportunidades que no pueden ser desaprovechadas’.
En ese sentido, precisó que pueden afrontarse haciendo que prevalezcan comportamientos de aislamiento, proteccionismo, explotación; o pueden representar una auténtica ocasión de transformación, un verdadero punto de conversión, no solo en sentido espiritual, la cual consideró como una opción positiva posible.
En opinión del papa, esa vía sólo puede ser recorrida ‘a través de una renovada corresponsabilidad mundial, una nueva solidaridad fundada en la justicia, en el hecho de compartir un destino común y en la conciencia de la unidad de la familia humana, proyecto de Dios para el mundo’.
Al referirse a la vigesimosexta conferencia de las partes del Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático, la cual sesionará en los próximos días en Glasgow, Francisco dijo que los ‘responsables políticos’ que participarán en ella están llamados con urgencia a ofrecer respuestas eficaces a la crisis ecológica actual.
Tras precisar que así podrán dar una ‘esperanza concreta a las generaciones futuras’, el pontífice subrayó que todos ‘podemos tener un papel, modificando nuestra respuesta colectiva a la amenaza sin precedentes del cambio climático y la degradación de nuestra casa común’.(Prensa Latina)